NOTICIA
Alberto Delgado vuelve a la pantalla
Maisinicú, cuncuenta años después, más que un documental resulta un acto de justicia: poética y profesional.
A cinco décadas de lo que constituye un indudable clásico del cine cubano, el joven realizador Mitchel Lobaina se acerca al staff de El hombre de Maisinicú ( Manuel Pérez, 1974) para conocer de cerca detalles de la filmación, el trabajo de los técnicos y artistas que laboraron en los rubros de sus especialidades, y más allá de estos quienes conocen de cerca la historia referencial: el hijo del mártir, por ejemplo.
A escenas del filme sobre Alberto Delgado, campesino infiltrado en una de las células contrarrevolucionarias que desarticula el intento de sacar del país a los bandidos, asesinado tras descubrirse su verdadera identidad, y que valiera a su protagonista, el inolvidable Sergio Corrieri, premio al mejor actor en el 8vo Festival Internacional de Cine de Moscú , se unen en coherente alternancia los testimonios que constituyen el ahora tras medio siglo del estreno , todo en los escenarios de los hechos donde tuvo lugar también la filmación ( las montañas del Escambray y Trinidad) lo cual confiere gran autenticidad al texto fílmico, mientras los contrastes entre las imágenes de archivo con la fotografía actual se suman a la perspectiva del homenaje y el rescate que significa aquel.
No solo un grato sabor anecdótico dejan las entrevistas a actores importantísimos que integraron el elenco ( Molina, Polares, Balmaseda...) o a su realizador, quien evoca detalles y circunstancias, sino la certeza de un momento histórico donde el cine cubano significaba pasión y entrega desinteresada , aun dentro de un contexto nada halagador y en medio de ingentes dificultades.
Una intervención muy valiosa es la del cantautor Silvio Rodríguez , responsable de la canción tema junto al Grupo de Experimentación Sonora, quien destaca la aparente paradoja del sentido épico del relato con su lectura más bien intimista y personal del personaje y la historia ( aunque el arreglo sobre todo en su coda no deje de acentuar el aludido costado épico).
Para el recuerdo de quienes asistimos al estreno de El hombre de Maisinicú, para la revelación a las nuevas generaciones a los que aquel ha llegado justo ahora; para el conocimiento de todos quienes aplauden uno de los grandes momentos del cine cubano a partir de 1959, vale este muy notable documental dentro del 65 aniversario del Icaic.