Carteles para una noche de cine

Carteles para una noche de cine

Vie, 06/12/2015

El placer del miedo, De amor y muerte, La historia según los otros, A favor y en contra, Sin aliento, Del imperio de lo fantástico, Verdad y Mentira.

Dentro de estas y otras llamativas temáticas se agrupan las 33 obras que forman la exposición Carteles para una noche de cine, del destacado diseñador cubano Rafael Morante.

 

 

La muestra, inaugurada este martes en el cine 23 y 12, amalgama el pasado y el presente al incluir una serie de carteles novedosos de clásicos cinematográficos, en su mayoría hollywoodenses y británicos. La excepción de la regla la constituyen las obras Cinemateca de Cuba, que regala al público el emblemático rostro de Charles Chaplin; y El acorazado Potemkin, filme con que se inauguró la Cinemateca, únicas piezas de la colección mostradas con anterioridad en la Isla.

“Al ser Morante un gran conocedor del cine y al mismo tiempo un cartelista avezado que domina muy bien las nuevas técnicas de diseño, dibujo e ilustración, decidimos hacer entonces una relectura de varios filmes que datan del período 1930-1976, aproximadamente”, explicó durante la inauguración el curador y museógrafo Jorge Sánchez.

La soga (Alfred Hitchcock, 1948), El juicio de Núremberg (Stanley Kramer, 1961), La séptima cruz (Fred Zinnemann, 1944), Sin novedad en el frente (Lewis Milestone, 1930), El triunfo de la voluntad (Leni Riefenstahl, 1935), Gilda (Charles Vidor, 1946), Macbeth (Orson Welles, 1948) y El retrato de Dorian Gray (Albert Lewin, 1945), fueron algunas de las películas escogidas por el diseñador para esta expo, que agradece su realización de manera especial al Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC) y la Embajada de Noruega en la Isla.

Las obras son muy variadas, sin embargo, según el diseñador gráfico Jorge Luis Rodríguez Aguilar, autor de las palabras sobre Morante que acoge el catálogo de la muestra, elementos como la simplicidad, el discreto uso del color y el tratamiento tipográfico le imprimen un sello común a los carteles, que demuestran “la pasión de Morante por el séptimo arte”.

Vinilo sobre cartulina es la técnica que se empleó para concebir las obras, lo que permitirá la conservación del color y brillo de las mismas durante un largo período de tiempo.

Algunas de las piezas habían recorrido con éxito parte del Viejo Continente -dígase Alemania, España, Inglaterra, Francia, Suiza…-, no obstante, poder exhibir la muestra completa en Cuba constituye motivo de satisfacción para el autor, cuyo “reestreno” después de 54 años como cartelista en Cuba, según palabras de Sánchez, es también un logro. 

(11-17/ 06/ 2015)