NOTICIA
Centenario de Oscar Valdés
Poseedor de una enciclopédica cultura cinematográfica, Oscar Luis Valdés Rodríguez (1919-1990) colabora estrechamente en el Cine Club de la Sociedad Cultural Nuestro Tiempo. Comienza a trabajar en el ICAIC en 1961 como asistente de dirección y realiza algunos cortos didácticos y notas para el Noticiero ICAIC Latinoamericano y la Enciclopedia Popular. Codirige con Humberto Solás dos cortos: Minerva traduce el mar (1962) y El retrato (1963) y dos años después sus primeros documentales, entre los que figura ya un clásico del cine cubano: Vaqueros del Cauto (1965). En esta temprana muestra de madurez expresiva se advierte el dominio del oficio.
Sus estudios de música permitieron a este genuino documentalista adentrarse como un conocedor en el universo de compositores, intérpretes y ritmos nacionales en títulos tales como: Arcaño y sus maravillas (1974), A ver qué sale (1974), La muerte del Alacrán (1975), La rumba (1978), El danzón (1979), Rita (1980), Lecuona (1983), María Teresa (1984), Roldán y Caturla (1985)… aunque los de temática deportiva (El ring, 1966; El diamante, 1967; Campeonas, 1988) o de retrato de personalidades (El tercer descubridor, 1981; Marinello, 1983), no dejan de ser notables.
Sobresalen en su filmografía el corto de ficción Escenas de los muelles (1970) y el documental Muerte y vida en El Morrillo (1971). Su único largometraje de ficción, El extraño caso de Rachel K (1973) es un tributo al cine negro que recrea un hecho criminal en La Habana republicana con una preciosista reconstrucción de época. Basta revisar o descubrir el conjunto de obras reunidas por arribar al centenario de su natalicio en esta retrospectiva homenaje de Oscar Valdés —fallecido en esta capital el 19 de febrero de 1990— para corroborar su condición de maestro.
(Tomado de periódico Cartelera Cine y Video, nro. 167)