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De cómo Johandry se convirtió en padre de Berto
A propósito del estreno del más reciente largometraje de la Casa Productora TVC, La hoja de la Caleta, el actor Johandry Aballe conversó con el equipo de Cubacine sobre su experiencia en el filme.
La hoja de la Caleta representa tu primera aparición en los medios. El público comienza a verte ahora un poco más en la televisión pero estás todavía en lo que podríamos llamar los inicios de tu carrera. Por eso sería pertinente que contaras un poco tu trayectoria actoral. ¿Cuál es tu formación? ¿Cómo llegas a la película?
Yo trabajaba en la radio en Camagüey. Yo no provengo de la Academia. Pasé cursos. Hice teatro, pero no me gustaba y la remuneración no era un aliciente tampoco. Entonces, pasé mucho tiempo haciendo radio, casi 15 años, en dramatizados.
Hasta que Campanería, director de televisión camagüeyano, que es muy amigo de Mirta González –codirectora del filme– quiso que ella lo ayudara con la película. Campanería quería que el papel protagónico lo hiciera un habanero, pero Mirta –que es para mí una de las mejores directoras de televisión de Cuba– tenía otra cosa en mente. A ella le gusta mucho probar cosas nuevas. Se fue al teatro, a la radio –porque ella dirigió radio también– a buscar a los protagonistas. Así nos conocimos. A ella le gustó mi trabajo y a partir de entonces nos hicimos grandes amigos.
¿Cómo nació la idea de la película?
La película se pensó como un teleplay, pero gustó tanto que la Casa Productora TVC decidió llevarla al cine. Luego, la recepción del público durante el Festival fue muy buena. El público se levantó, aplaudió, lloró. Lo curioso es que cuando me veían –y todavía hoy me ven– no me reconocen. Aunque la película se filmó hace casi tres años y eso puede notarse en el físico de un actor.
¿Cómo describes tu relación con un personaje como este?
No fue nada fácil porque era mi primera aparición frente a las cámaras y era un protagónico. El reto empezaba con el trabajo con actores reconocidísimos por el público cubano. Luego, tenía que pararme frente a una directora a la que admiro tremendamente. Y, finalmente, interpretar ese personaje que lleva un estudio del espacio en el que se desarrolla la historia. Los pobladores de Santa Cruz del Sur tienen una forma de vida mucho más dura que la que estamos acostumbrados.
Durante el rodaje, cuando me vestían para el personaje –luego de haber ido varias veces allá– salí a caminar por los alrededores y una vecina me preguntó: “Pero, ¿tú vas a hacer de pescador? ¡Pues parece que estás vestido de salir!” Así es como empecé a preocuparme por estas cosas también.
Los pescadores normalmente tienen dos vestidos para trabajar, que puede ser un pulóver de mangas largas o una camisa militar. Cuando ellos están pescando –sobre todo con anzuelo– tienen que sacar el pez, cortarle la cabeza, sacarle las tripas. De ahí que tengan todo el tiempo las manos con la grasa natural del pescado y suelen limpiárselas en la ropa. Entonces, esa es una ropa vieja, manchada, porque aunque la laven, la grasa del pescado se queda. Esa es la vestimenta habitual de ellos. Eso lo descubrí allá y tuvimos que modificar el vestuario inmediatamente porque ya estábamos listos para filmar.
La imagen sí estaba bien concebida porque Tomás es un hombre prácticamente abandonado, luchando solo, por él y por su hijo; con todas sus problemáticas –yo creo que él siguió enamorado de la madre de su hijo porque si no hubiera tenido otra mujer. Todo eso fue un trabajo muy interesante para mí, entender al personaje, vivirlo. Incluso, tuve que empezar a fumar tabaco, aun cuando yo no fumo. Tuve que coger mucho sol porque esa es una parte fundamental en la caracterización de un personaje de mar.
Johandry Aballe, protagonista de La hoja de la Caleta.
Luego está Carlos Denis, el niño. ¿Cómo dan con él? Ustedes dos tienen muchas escenas intensas que implican un trabajo en conjunto, ¿cómo fue la relación entre ustedes?
Mirta se enteró del grupo de teatro infantil Abracadabra de Santa Cruz del Sur al que pertenece Carlos Denis. Allí lo conoció y lo escogió porque aun cuando tiene una familia que lo quiere muchísimo y sus condiciones materiales son buenas, es un niño que tiene una mirada muy triste. En su mirada se reflejan problemas.
Sin embargo, trabajar con él fue una maravilla; es superdisciplinado. Yo tengo la impresión de que las personas de pueblos pequeños como ese son siempre muy nobles, muy tratables y ese es el caso de Carlos Denis Fernández. Él tenía una formación de teatro, pero esta fue también su primera aparición frente a las cámaras. Entonces, era un reto compartido del que surgió una buena relación.
La hoja de la Caleta, como ya habías dicho, se filmó hace casi tres años, ¿qué pasa con tu carrera después de eso?
Es entonces que me conocen Fiallo y César –el director del teatro Raquel Revuelta–. Ellos me vieron en una copia de trabajo que el escritor de la película trajo a La Habana y enseguida llamaron a Mirta y me mandaron a buscar para los trabajos que he ido haciendo. A partir de entonces, empecé a trabajar en La Habana. Todo fue a partir de la película.