Yorgos

De la ironía a la reflexión: Lanthimos y el cine irreverente

Jue, 08/29/2024

El cine de Yorgos Lanthimos llega al Multicine Infanta en su Sala 2 con una curaduría ejemplar. La misma será capaz de absolver al espectador con cada universo irreverente creado por este artesano, quien toma el surrealismo y la sátira tal cual herramientas discursivas para abordar tópicos poco tratados en la sociedad.
La realidad es el entorno que el director prefiere obviar disfrazándola con narratorias utópicas y contraproducentes, con tal de mostrar una vertiente mordaz de la humanidad y su interacción con el contexto que le rodea. La ironía es la respuesta ante los tabúes y maniqueísmos sociales que explora, a la vez que los mensajes que trasmiten las cintas apoyan el redescubrimiento de una nueva sociedad metatextual a la existente, o, a la que quedó en el pasado.
Lanthimos alcanzó reconocimiento internacional a partir de su película Caninos (Kynodontas, 2009), título que cierra la muestra. Los protagonistas del filme son una familia atípica y disfuncional, en la que los progenitores mantienen cautivos a sus hijos: un varón y dos hembras, del mundo exterior. El padre (Christos Stergioglou), cabeza de la familia y dueño de una fábrica metalúrgica, utiliza manipulaciones y mentiras para engañar a sus hijos, quienes viven ciegos bajo su ala hasta que la valla que los resguarda de lo desconocido se vuelve fuente de atracción.
Entre las escaramuzas que diseña el papel de Stergioglou se encuentra la paga a Christina (Anna Kalaitzidou), la mujer de la limpieza, para mantener al margen los deseos sexuales de su vástago. A su vez, esta recibe un servicio similar por parte de la hija mayor al negociar objetos del “mundo real”, con los que la muchacha está obsesionada. Utensilios que ponen a prueba el experimento social que realiza la parentela sobre sus descendientes.
Caninos, devenida obra ejemplar, aborda la enajenación como tema principal, pero vista desde la imposición consciente a terceros que no tienen opción más que acatarse a ella, subordinados ante un poder amedrentador. La censura se vuelve la vía para construir un universo aparentemente mejor a la vez que encapsula la mirada de los subyugados, quienes se rigen de manera incuestionable por lo que les muestran, ya transformado en conocimiento tácito durante el crecimiento y el proceso de adaptación.
Otra característica del cine inicial del director griego es la sencillez fotográfica. Esta tiene el objetivo de alcanzar una imagen más directa, la que se acopla a la transparencia narrativa que se busca expresar con las historias. Esto, Lanthimos, lo empleó en metrajes como: The Lobster (Langosta, 2015) y The Killing of a Sacred Deer (El sacrificio del cuervo sagrado, 2017).
The Lobster es una enrarecida comedia que gira alrededor de una sociedad distópica con costumbres que abogan por limitar el contacto humano y los métodos de cortejo. El romance es el tema central, pero en la cinta se trata como un estatuto anti libertario, y quienes lo llevan a cabo fuera de las normas institucionalizadas terminan siendo parias sociales. Condenados a vagar en los bosques aledaños con recursos mínimos tal cual animal y a ser cazados para el entretenimiento de aquellos que persiguen o ostentan una vida en pareja según las reglas.
De los múltiples temas del realizador, la censura suele tomar protagonismo cuando se coloca en profundidad sus historias. La búsqueda de libertad dentro de un sistema opresivo es el motivo para desentrañar tramas complejas y mordaces. Sin embargo, no es hasta el estreno de The Favorite (La Favorita, 2018) cuando el uso de la extemporalidad en los relatos se suma a su diseño argumental, lo que le permitió crear un cine más ambiguo y conflictivo, apreciado por la crítica especializada y el gran público.
Se diría que a partir de dicho filme Lanthimos entraría en una faceta más comercial, pero esto no abarataría el estudio escatológico que mantiene de la sociedad contemporánea por medio de su mirada peculiar. Sucede que, las películas de este director pueden ser percibidas como una declaración sobre las oscuridades de una realidad, influenciadas por la herencia de país natal en crisis, con ausencia de valores y hundido en la superficialidad.
Un alegato en contra se desarrolla a cabalidad con el largometraje Poor Thing (Pobres Criaturas, 2023), en la que el desarrollo de personaje está diseñado ajeno de prejuicios, abnegado en ser libre dentro de una sociedad patriarcal. Bella Baxter (interpretado por la magistral Emma Stone) es una mujer nacida de los experimentos de Godwin “God” Baxter (encarnado por un siempre eficaz Willem Dafoe). Su cerebro en crecimiento rápido absorbe los moldes sociales machistas que le rodean, los que desean poseerla por su aparente fragilidad y belleza. No obstante, Bella se antepone y confecciona sus propias convicciones distantes de cualquier sentido de enclaustramiento o cosificación. Además, de que comienza a empatizar con el “otro” vulnerable.
Aplicado a la poca convencionalidad de la cinematográfica del griego, Poor Thing es una obra disruptiva. Su mundo steampunk, inspirado en las obras de Egon Schiele, Francis Bacon, Albert Robida y Albert Guillaume, mezcla la fantasía con la realidad simulada de su universo, aborda sensibilidades humanas en tiempos de inestabilidad de manera radical y compleja, aunque parezca edulcorada.
También, Lanthimos, utilizó elementos mitológicos para cimentar una filosofía sobre la capacidad de traspasar la naturaleza con el fin de superar los límites del conocimiento, aquí aterrizado a la condición social del ser. De igual forma, la reconstrucción del relato de Frankenstein de Mary Shelley calza dichos estipulados, viendo la creación de vida (pecado para los humanos) como el principio para generar un supra humano sensible y aprehensivo a todo lo que le es ajeno.
El cine de este director propone reflexiones y nuevas miradas a la sociedad, si bien está se muestre en sus cintas atemperadas por la abstracción y la irreverencia. De está forma la selección de películas se convierte en una oportunidad para el espectador de disfrutar, a la vez que sobrepiensa el mundo en que habita, si es capaz de comprender lo que se le muestra a través de la “pared”.

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