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Ed Asner, artista cívico y ciudadano decente
Hay algunos ingenuos que consideran la decencia y el civismo cualidades inherentes a los grandes artistas. Y no es el caso. Los ejemplos, desgraciadamente, sobran. Pero en lugar de listar la infinita relación de creadores muy talentosos y desprovistos por completo de escrúpulos morales, patriotismo o integridad, hoy preferimos lamentar el deceso de uno de los imprescindibles, como le llamaría Silvio Rodríguez en una memorable canción: Ed Asner, quien acaba de fallecer de causas naturales a la edad de 91 años.
La comunidad cinematográfica y progresista del mundo lamenta el deceso del actor norteamericano, muy conocido por prestar su voz para una de las mejores películas animadas de la última década aproximadamente: Up (2009), con la que se ganó la preferencia de las nuevas generaciones interpretando al viudo Carl Fredricksen, un anciano gruñón con corazón de oro. Desde mucho antes, Asner se había convertido en una leyenda de la televisión norteamericana al interpretar el papel de Lou Grant, durante las décadas de los años setenta y ochenta, en el espacio televisivo The Mary Tyler Moore Show (1970-1977) y en la continuación, titulada Lou Grant (1977-1982) gracias a su personaje.
De este modo, Asner fue de los pocos actores de televisión que puso en circulación una versión cómica y otra dramática del mismo personaje. Siete premios Emmy (el Óscar televisivo) ganó el actor, y cinco de ellos fueron en reconocimiento a su interpretación de Lou Grant en sus varias etapas, y los dos Emmy restantes le fueron conferidos por su actuación en dos célebres miniseries: Rich Man, Poor Man (1976) y Roots (1977).
Además de la fama y el reconocimiento que tuvo como actor, Asner utilizó la visibilidad que su profesión para apoyar causas progresistas y de izquierda. Se enfrentó a Ronald Reagan, luchó contra el apoyo norteamericano a los dictadores latinoamericanos, y en su papel de presidente, en dos periodos del Screen Actors Guild, se opuso con fuerza a las políticas del gobierno norteamericano en Centroamérica y trabajó muy de cerca de la Alliance for Survival, además de jugar un importante papel en la huelga de guionistas de 1980 que reclamaba, con justicia, mejores salarios.
También se mostró activo en el movimiento para liberar al periodista afronorteamericano Mumia Abu-Jamal, condenado primero a pena de muerte y luego a prisión perpetua. También apoyó la campaña para imponer el California One Care, que reforzaba la salud pública, y para ello creó incluso un anuncio televisivo. Durante 2008, apoyó a Barack Obama en su elección presidencial y también fue miembro del Democratic Socialist Organizing Committee (DSOC) y de la organización sucesiva, la Democratic Socialists of America.
Por supuesto que tales actividades tuvieron su precio. En 1982, CBS canceló súbitamente Lou Grant a pesar de su alto rating, y el actor estaba convencido de que declinaron renovarlo solo por sus ideas de izquierda y la amplia publicidad que le confería a su manera de pensar. Además, Asner formó parte del Entertainment Board of Directors y del Survivor Mitzvah Project, una organización sin fines de lucro dedicada a la asistencia de los ancianos y pobres que lograron sobrevivir al Holocausto nazi en Europa Oriental.
También fue miembro del Comic Book Legal Defense Fund, una organización para defender la libertad de pensamiento entre los creadores de historietas perseguidos por el contenido de su obra, y en esa misma época fue consejero del Rosenberg Fund for Children, creada por los hijos de Julius y Ethel Rosenberg, que suministraba fondos a los hijos de los activistas políticos desprovistos de sus trabajos y de los medios para ganarse la vida.
Cuenta el documentalista Michael Moore que cuando estaba haciendo su primera película, Roger and Me, carecía por completo de fondos y les escribió a varias personas famosas para pedir ayuda. Solo uno respondió: Ed Asner, y le escribió diciendo que su proyecto sonaba a gran película, y le endosó 500 dólares. Moore también reconoció, en una sentida y breve nota que publicó en su muro de Facebook, que Asner le confesó en algún momento: “Mira, nunca ha sido fácil en Estados Unidos hablar en contra del status quo. Yo no pienso parar ahora”. El documentalista reconoce que sintió gran afecto por Asner precisamente por no detenerse nunca en su camino de inconformidad y búsqueda de la igualdad.
Parece imposible enumerar las muchísimas actividades progresistas y humanitarias que Asner realizó junto con su carrera histriónica. Hay que mencionar, al menos, otras tres: apoyó la Humane Borders, una organización de Arizona que se ocupa de mantener depósitos de agua en el desierto de Sonora para uso de los migrantes indocumentados; creó en 2017 el Ed Asner Family Center para proveer a los jóvenes asesoramiento vocacional y ayudar a sus familias; y el apoyo que le brindó a los Cinco Héroes, prisioneros en Estados Unidos.
Ed Asner se encontraba entre las principales personalidades norteamericanas del mundo de la cultura que apoyaron la causa de los cinco cubanos, y se ganó por supuesto la crítica de los sectores más derechistas de Estados Unidos. Según informa Cubadebate, el Coordinador Nacional de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) y Héroe de la República de Cuba, Gerardo Hernández Nordelo, reaccionó de este modo, en Facebook, a la muerte de Asner:“Los Cinco lo conocimos bien, porque cuando más oscura era la noche para nosotros, cuando pocos se atrevían a mezclar su nombre con el de ‘cinco espías cubanos’, Ed Asner, como Danny Glover y otros, nadó contra la corriente, abandonó el bando del dinero, y se puso del lado de la justicia apoyando nuestra causa”.
En un testimonio importante y retrospectivo, en el cual hablaba sobre la cancelación por motivos políticos de su famoso programa Lou Grant (1977-1982), cuyo protagonista era el redactor jefe de Los Angeles Tribune, toda una inspiración para los jóvenes que, en aquella época, se interesaron en estudiar Periodismo, Asner reconoció lo siguiente: “Sabía entonces que estábamos haciendo un trabajo excepcional e importante que tenía el poder de provocar cambios en nuestro mundo. Puedo sonar egocéntrico porque era, al fin y al cabo, solo un programa de televisión, pero tengan en cuenta que alcanzaba, en horario de máxima audiencia, 40 millones de hogares. Se vio en 72 países y en muchos de ellos la idea misma de libertad de prensa resultaba asombrosa.Ese tipo de poderda a mi industria una obligación de ser responsable con lo que producimos”.
Ed Asner seguramente murió orgulloso de haberlo sido y de consagrar su talento y esfuerzos a mejorar el mundo en cuanto al imperio de la justicia y la libertad.