El diablo busca la fe

El viaje por carretera, la búsqueda de un destino específico o de un exótico lugar, es uno de los ambientes que el cine ha escogido casi desde sus mismos inicios para ilustrar el crecimiento de los seres humanos. Todo lo que acontece durante este camino se vuelve trascendental para conocer a los personajes que se muestran en pantalla y a través de ellos mostrar varias tesis de vida. En este amplio espectro se inserta Juego de Fuego del guatemalteco Hugo Koper, quien sigue el viaje de dos jóvenes que se dirigen hacia El Tabal, festividad pagana cristiana de una de las regiones de Guatemala, donde se quema el diablo.

El viaje de los jóvenes deviene un recorrido sobre la creencia, o no, en el diablo y lo que representa la fe para ellos y los diferentes personajes que se encuentran en su camino. Intenta Juego… un montaje más elaborado que no solo tribute a una dramaturgia, sino a propósitos explicativos sobre la tradición misma de la quema del diablo; o sobre el porqué los jóvenes creen que deben ir a quemarlo.

En este road movie por tierra y por lagos, se mostrará visualmente la paisajística guatemalteca junto a creencias religiosas mixturadas. Una máscara de diablo rojo sirve de pretexto para que se muestre lo arraigado de la fe en sus diferentes variantes que conviven actualmente en el país.

La multiculturalidad guatemalteca se va mostrando, no siempre de forma sutil –a veces expone demasiado los resortes del montaje que utiliza el documentalista– mediante dos personajes más: una anciana y un señor.

Desde esta tetralogía de personajes la forma de creer en un Dios se ve de distintas maneras y con esto se ilustra el devenir religioso del país. La trinidad que hoy forman el Dios del catolicismo, la Naturaleza como entidad suprema y los rituales que han derivado en fiestas tradicionales son los senderos que se bifurcan dramatúrgicamente en el material, pero que conviven en el diario.

(13-19/ 10/ 2016)