NOTICIA
El inicio de una gesta
El documental Ñancahuazú, de Jorge Fuentes, tuvo su premier el 10 de octubre en el cine Chaplin, como parte del programa del ICAIC por la Jornada de la Cultura Cubana. Este documental se exhibe hasta el 14 de octubre en esta sala. Compartimos a continuación el testimonio del realizador sobre este filme.
Ñancahuazú es el segundo documental que realizo a partir de lo filmado en Bolivia, material del cual ya se estrenó un primer título, El comandante Guevara entró a la muerte. Este era de carácter más periodístico sobre los actos conmemorativos del aniversario 50 de la caída del Che, y desde el punto de vista geográfico, cubría un territorio más vasto que comprendía La Higuera, Quebrada de El Yuro y Valle Grande, lugar este último donde se le rindió homenaje el pasado año.
Sin embargo, Ñancahuazú se centra en la finca del mismo nombre donde la guerrilla del Che estableció su campamento, y es un documental que intenta ser más reflexivo y experimental. Asistimos aquí a los primeros pasos del grupo guerrillero en territorio boliviano, a partir del 7 de noviembre de 1966, cuando Ernesto Guevara se estableció allí con un reducido número de combatientes. En ese lugar crearon una base logística de almacenamiento de provisiones y armas, y allí ocurrieron también sus encuentros con Debray, Bustos, Loyola y Tania, así como sus primeros enfrentamientos con el ejército boliviano.
Las condiciones de filmación fueron muy difíciles porque tuve una fractura en una pierna y ello representó una limitación seria en mi movilidad durante el rodaje, pero afortunadamente los miembros del staff que fueron conmigo son muy cercanos a mí, sabía que podía confiar en ellos para ayudarme y podía confiar en su talento y dominio técnico. El trabajo fue muy intenso, porque estos trabajos necesitan muchos recursos, y nosotros no los teníamos y no los íbamos a tener. Hicimos esto con un equipo pobre que viene de un país pobre, de un cine pobre; nunca lo hemos hecho de otra forma. Pero todo se hizo con mucho entusiasmo y dedicación, como único se puede hacer verdaderamente cine.
Lo más impresionante para mí de esta experiencia fue poder ver escenarios, caminos, paisajes de los que solo tenía referencia por la lectura y testimonios hablados de quienes habían estado allí antes. Caminar por donde ellos caminaron, estar en lugares donde entablaron combates. Mayakovski decía: “Yo viajo para no leer”, porque no es lo mismo leer sobre el Museo del Louvre que entrar en él. Esto es como ir al Museo del Louvre de la historia. Y es que ante la figura del Che todo el mundo frena. El Che es el Che para los que no creen que aquello fue un proyecto que valiera la pena y para los que sí. Y toda esa enorme carga emotiva, de saber que evocábamos momentos trascendentales de la Historia, estuvo funcionando con nosotros mientras hacíamos el documental.