NOTICIA
En nombre del cine y el espíritu santo
Uno de los títulos más llamativos –tanto formal como conceptualmente– que en la venidera Feria Internacional del Libro de La Habana presentará Ediciones ICAIC es Imagen de lo sagrado. La religiosidad en el cine cubano de la República (1906-1958), de Raydel Araoz.
A las conversaciones con el intelectual Walfredo Piñera debe el autor el nacimiento de este libro, en el que plantea la siguiente interrogante: ¿De qué manera lo religioso y lo sagrado se codifican en el audiovisual? Araoz escoge el periodo prerrevolucionario para su análisis, época en que “la religiosidad se concibe como parte de la nacionalidad”, como él mismo afirma en el texto. No obstante, “no hay que olvidar que nuestro discurso se enuncia desde el presente y que nos ocupa interrogar cómo ese pasado ha erigido un canon cinematográfico de lo sagrado”.
En una primera parte, el autor se centra en el cine silente, etapa comprendida entre 1906 y 1931, y luego de su concisa caracterización comienza el análisis a partir de la relación con los sucesos históricos y sociales de la época. Los posteriores capítulos, La Iglesia y el cine en la República, El cine sonoro (1932-1958) y Fin de una etapa amplían y concluyen el examen.
La religión católica, las afrocubanas y las interrelaciones entre una y otras en y fuera del audiovisual, así como la censura de la Iglesia católica en la producción cinematográfica son algunas de las zonas que explora Araoz sin caer en la historiografía lineal y puramente cronológica.
La filmografía consultada por el escritor es extensa, y en ella resaltan títulos claves de la cinematografía pre-59, como La Virgen de la Caridad (Ramón Peón, 1930), La serpiente roja (Ernesto Caparrós, 1937), El romance del palmar (Ramón Peón, 1938), Siete muertes a plazo fijo (Manuel Alonso, 1950) y Casta de roble (Manuel Alonso, 1953). No obstante, Araoz va más allá y se acerca a reseñas, carteles, críticas, y demás material de propaganda de la época.
Especial atención presta al cine de rumberas porque, y cito sus palabras, “no solo la religiosidad popular se volvió una herramienta estética de este cine, sino también por la importancia de este subgénero en nuestra cinematografía”.
La bibliografía consultada, extensa, atraviesa el cine, la teología, la historia, la religión…, materias imprescindibles para la construcción del libro, por tanto, los argumentos de Araoz no van de un lado a otro sin rumbo, sino que se asientan en una sólida base teórica que fundamenta el análisis.
En fin, un libro para leer y disfrutar, es especial para aquellos que aman el cine y prenden velas de vez en cuando para pedirles a los santos y espíritus buenos.