Fernando Pérez entrega el Premio a la realizadora Isthar

Encarnar a Frida

Mié, 07/31/2019

En el cine hay contadores de historias y hay poetas. Ishtar Yasin es, ante todo, una artista que cuenta y vive sus historias a través de la poesía. Es también directora, productora, guionista y actriz de la película Dos Fridas, basada en una historia real que retoma los últimos años de la vida de Frida Kahlo y su relación con su enfermera personal, Judith Ferreto, interpretada en esta ocasión magistralmente por la gran actriz, María de Medeiros.

Ishtar nació en Moscú, allí vivió el proceso de disolución de la Perestroika, estudió cine y se graduó con honores en el prestigioso Instituto del Cine fundado por Serguei Eisenstein. Su historia personal y sus raíces iraquíes, costarricenses y chilenas hacen de ella una particular ciudadana del mundo, que logró establecerse en México y desarrollar una hermosa película en honor a una de las mexicanas más ilustres de los últimos tiempos. Su obra, arriesgada por no seguir patrones lineales y comunes, fue producto de 8 arduos años de esfuerzo y dedicación. El resultado ha sido un largometraje de ficción, cautivador, de muchas lecturas y detalles preñados de significado. Lleno de colores y sensaciones que retoman de manera original la vida y obra de Frida en torno a lo onírico, la dualidad, el sufrimiento, la represión de la mujer, la muerte, entre otros temas muy cercanos a la pintora.

Ha sido un motivo de inspiración para Ishtar el hecho de que existe un mayor porcentaje de hombres trabajadores en la industria cinematográfica que invisibilizan el trabajo de las mujeres. Sobre esto y mucho más la artista conversó en esta entrevista donde enseguida se vislumbró su talento y la enorme fuerza de sus convicciones.

¿Cómo llegas a la historia que nos cuentas en la película?

Me acerqué a la obra de Frida Kahlo para encontrar mi propia voz y mi propio lenguaje. Yo creo que sus obras tienen un efecto espejo, cuando veía su obra también me veía a mí misma. Ese fue mi primer descubrimiento.

Años después, me encuentro con el personaje de Judith Ferreto y me cuentan de esta historia donde ella se sentía y se vestía como Frida y que incluso tuvo un accidente que le provocó fracturas parecidas a las de la pintora. Todo eso me motivó a tratar de entender qué había sucedido y por qué ella había vivido esa incorporación del personaje de Frida Kahlo.

A partir de allí, me leí todo lo que pude sobre el tema y entrevisté a muchas personas que convivieron con Frida y Judith. Busqué fotografías e indagué en el diario íntimo donde ella le dice “mi Judith”. Encontré cartas, pinturas, dibujos y así fui armando ese rompecabezas. Posteriormente me dediqué a la escritura del guion y al desarrollo de una propuesta estética para la película.

¿Qué querías transmitir a los espectadores?

Yo amo la poesía. Mi propósito era crear un universo de imágenes y sonidos y trasmitirlo a los espectadores. Lo principal son los sentimientos de los personajes y a través de esos sentimientos lograr conectar con el público. Hoy prevalecen las obras que dejan poco a la imaginación porque casi todo es explicado, es por eso que a mí me interesa hacer un cine de misterio, donde el espectador construye también su propia película. 

¿De dónde surge la forma particular con las cual decides contar esta historia?

La forma surge de la misma obra, yo no podía contar una historia lineal y descriptiva, porque ya se ha hecho una película así sobre Frida. Pienso que lo cíclico y circular tiene que ver con una expresión más femenina de las formas, y así quería alejarme del tipo de películas que cuentan historias de manera lineal. Mi deseo fue que el público sintiera como si mirara a través de sus ojos.

En esta película también hay una fusión de las artes. Muchas de las pinturas de Frida son puestas en escena, con telones, donde ella construye un personaje. Entonces, yo decidí recurrir a la danza, a la música y al teatro para construir mis escenarios.

¿Cómo lograste desarrollar la magnífica escena de la mesa donde se reúnen tantos personajes históricos?

Esta escena está basada en dos de las pocas obras de Frida que no son un autorretrato, “El Moisés” y “La mesa herida”. Yo me inspiré en ambos cuadros para crear esa escena final. No tiene que ver solamente con la muerte de Frida y la enfermera sino también con el ocaso de una época, del siglo 20 y de una ilusión que vivimos.

Marx, Freud, Breton, Yuri Gagarin, Julio Antonio Mella, Trotsky, entre otros, eran todos personajes históricos a quien Frida y Judith admiraban y algunos de ellos incluso vivieron en México en esa época. Son personajes que también marcaron el siglo 20 y la historia y por eso tenían que estar en esa mesa. Para mí era particularmente importante la presencia de Freud por darle un valor al individuo y a sus sueños.

¿Por qué decides interpretar tú misma a Frida?

Frida es un personaje que ha vivido conmigo muchos años y sentí que tenía que interpretarla. También porque siento que tengo algún parecido a ella y esa razón me llevó a vivirla. El hecho de ser directora de cine y luchar contra tantos obstáculos me ayudaba a sentirla también desde adentro, ella me daba fuerza y la película era una manera de seguir expresándola y poder vivirla hasta el final.

¿Qué valor particular tiene el uso del color en tu película?

Yo creo que el color es la vida misma. Como la película trata sobre la muerte, también tenía que estar la vida. Pude conocer a una gran investigadora mexicana, Tatiana Falcón, especialista en procesos artesanales en la creación de los colores y pudimos filmar a unos campesinos de Niltepec, Oaxaca en su trabajo de extracción del color azul añil de una planta llamada Jiquilite. Me resultó increíble saber cómo algunos colores se hacen de diferentes semillas, insectos y plantas. Frida tenía una relación muy especial con la naturaleza, y el color también expresa esa característica de su vida y obra.

 

¿Qué opinas sobre el rol de las mujeres en el cine?

La historia del cine la han construido principalmente los hombres, por lo tanto el espectador está acostumbrado a esas formas de contar. Nosotras las mujeres estamos abriendo un nuevo camino para hacer que se escuchen nuestras voces y así también plantear nuevas formas de contar y de mirar el mundo y los personajes. Estamos planteando otras sensibilidades, otros aportes y por estas razones nuestras películas tienen riesgos y a veces cuesta financiarlas. En mi caso, no hice ninguna concesión, es una obra completamente mía, con muchas lecturas y muchos detalles.

¿Cuáles son tus impresiones del Festival Internacional de Cine en Gibara?

Me encanta Gibara, es un pueblo maravilloso y mágico, ha cambiado mucho desde que Humberto Solás leyó su primer manifiesto. Creo que es importante que siga creciendo y que las personas puedan tener esa oportunidad de ver cine del mundo y de nosotros los artistas poder compartir con ellos.

En la película Dos Fridas, entre muchos detalles se vislumbra un retrato del Apóstol. Isthar confesó ser una admiradora de Martí y que por lo tanto este no podía estar ausente en su obra. Asimismo, expresó su admiración por Cuba y sus deseos de seguir visitando esta tierra, donde la han recibido con cariño y ha cultivado amigos. El 13 de julio, casualmente el día del fallecimiento de Frida Kahlo, Isthar recibió de las manos de Fernando Pérez el premio Lucía a Mejor Dirección. Fue aplaudida enérgicamente por el público joven que caracterizó el Festival Internacional de Cine de Gibara y por numerosas figuras del gremio cinematográfico cubano. Ahora solo queda esperar la selección oficial del Festival Internacional de Cine Latinoamericano de La Habana, y desear que el público capitalino también pueda apreciar esta obra y la de Frida, que ya es en cierta forma, la obra de todas.

(Tomado de la web del Centro Pablo)