Entrevista a Humberto Solás a propósito de Lucía

Jue, 09/27/2018

¿Qué es Lucía para usted?

Mi primer largometraje. Después, un dificilísimo ejercicio donde he querido prepararme para mi próximo filme. Lucía no es para mí un trabajo definidor, es más bien un último filme de tanteo, el paso previo a ese trabajo donde aspiro a comprometerme íntegramente.

¿Cuáles son los temas que trata usted en su última película Lucía?     

Me he ocupado de tres temas: la sociedad, la mujer y el amor. Creo que ello está presente en Manuela como en Lucía. Me resulta fascinante indagar sobre estos temas; relacionarlos entre sí y tratar de descubrir, mediante esta búsqueda, un testimonio de mi generación, de mi época y de nuestra historia. Creo que el testimonio constituye el superobjetivo de mi trabajo. Pero no el del observador (lo cual considero una utopía) sino el de participar. Quiero testimoniar y que el resultado de ello no sea el documento estático inútil. Quiero que mi trabajo sea dinámico y que ayude, en la medida de sus posibilidades, a la transformación de la vida.

¿Qué relación hay entre Lucía y sus cortometrajes anteriores?

Como ya he aclarado, Lucía está íntimamente relacionada con mi filme anterior, Manuela. En ambos filmes he coincidido en cuanto a temas y método de trabajo. No podría decir lo mismo de mis filmes anteriores. Ellos han quedado para mí como el largo camino para hacer Manuela y nada más. Son filmes que quiero por muchos motivos, pero tengo que admitir que ya no me reconozco en ellos. No sé si en el conjunto de mi trabajo se evidencia coherentemente esta evolución que por el momento culmina en Lucía. En todo caso no soy yo el más indicado para referirme a ello.        

¿Esperaba usted la acogida que le ha brindado el público cubano a su película?

De no haber sucedido esto, hubiera sentido el fracaso, yo no hago filmes para una determinada minoría. Me interesa comunicarme con todos, sin excepción. Nunca me sentiría feliz de que un filme mío solo interesara a un grupo. El cine, a la vez que un arte, es un medio masivo de comunicación.

¿Cómo surgió su última película?

Después del estreno de Manuela comencé a preparar rápidamente Lucía. El conjunto de cuentos actuales no es el que aparecía originalmente en el primer proyecto. Solo quedó el primer cuento. El segundo y el tercero (aquellos que giraban sobre República y Revolución), no fueron admitidos. En realidad era un filme bastante diferente al actual. Y yo me alegro sinceramente de que aquel proyecto, en su conjunto, no fuera aprobado. Cada uno de los cuentos rechazados no ha dejado de interesarme: una sátira de la República vista a través de una pareja que trata de encontrar un lugar donde hacer el amor en un día de la Caridad en Santiago de Cuba y un cuento dramático sobre las dificultades de una pareja de amantes (él casado, ella soltera), que trabajan en una misma empresa. Pero pasado el tiempo, siento que los cuentos que han sustituido a estos le brindan al filme una estructura más rica y armoniosa.

¿Qué planes tiene para el futuro en el campo cinematográfico?

Quisiera lo antes posible entregarme a un filme sobre la actualidad. No creo necesario hablar de la anécdota, pero sí anunciar que será un filme donde me comprometeré más. Es un trabajo difícil, porque quiero que nada se me escape. Quiero hacer un testimonio sobre estos años de Revolución, mostrar a mi generación en sus logros, en sus fracasos, sus contradicciones, su infinita pasión por escapar del subdesarrollo.          

Tomado de periódico Granma, 23 octubre de 1968.