Farándula, una obra internacional pero muy cubana

Sumario: El pasado jueves 22 de agosto, se estrenó en el Cine Yara, Farándula, primer largometraje del actor, productor y director Jazz Vilá.
“Esto parece una horda” (en el mejor sentido de la palabra), así fue como categorizó una pareja de ancianos a la masa heterogénea de personas, que esperaban en la entrada del cine Yara. La película se iba a estrenar a las cinco de la tarde, pero desde las cuatro, ya se podía suponer que al menos en asistencia del público, Farándula, ópera prima del actor y cineasta Jazz Vilá, ya fue todo un éxito.
Con una larga trayectoria, pero en un diferente formato, Farándula surge en 2018 como una obra teatral, que cuenta con más de 200 puestas en escena desde su estreno. Repletando todos los escenarios en los que se presenta, la pieza rompe prejuicios, estereotipos y tabúes. A través de un humor casi burdo, Vilá crea una enramada de situaciones abordadas desde un contexto muy actual.
El largometraje, estrenado en el Festival de cine iberoamericano de Miami, ciudad donde fue rodado, resulta una comedia de 73 minutos que logró atiborrar la sala cinematográfica “ La propia dramaturgia de la obra, y sus recursos del flashback, fue lo que me hizo darme cuenta que la pieza está muy ligada al cine, y fue de una forma otra lo que me motivó a pensar en la idea de una producción cinematográfica”, asegura el director del filme, en la presentación del filme en la icónica sala oscura de 23 y Coppelia.
Farándula, se presenta con un elenco multicultural: el actor y cantante Sian Chiong, Mike Fajardola desde España, la venezolana Scarlet Ortiz, la cubana Alina Robert, intervenciones especiales del propio director y la estupenda actuación del veterano actor cubano Tony Cortés (quien enamoró a Cuba con su papel de Chiripazo en la popular novela “El año que viene”, en 1994), que también fue guionista de la película.
La trama gira en tono a un fotógrafo gay, enamorado y atormentado, crea una exhibición donde su obra cumbre titulada “Península”, dedicada a su amante provocará fuertes eventualidades. La historia explora temas como el sexo, amor, homosexualidad, que presenta con llaneza, sin ningún tipo de denigración o victimismo.
Lo que pudiera parecer una desventaja, al utilizar un reparto tan variado en cuanto a nacionalidad, y con tantas diferencias culturales, se vuelve uno de los elementos imprescindibles de la obra. Una obra tan internacional, ofrece diferentes perspectivas para interpretar el filme, a la vez que aporta el humor típico de estos países latinoamericanos y europeos. Más la obra mantiene una esencia puramente cubana, los chistes, las palabras altisonantes, las escenas de sexo, derrochan cubanía de forma inherente.
Los espectadores, jóvenes en su mayoría, aún cuando el fluido eléctrico ocasionó que la proyección se viera afectado, permanecieron en sus asientos hasta que regresó unos minutos después; pues según Javier, un muchacho de 21 años, residente en Santiago de las Vegas: “Hacía rato que no me sentía tan identificado con un filme, y no me puedo ir de aquí, sin saber cómo termina”. Y eso es lo importante no, ese es el objetivo del cine, y Jazz Vilá, lo logró.