I, We, All, Frankenstein

I, We, All, Frankenstein

Jue, 08/25/2016

El monstruo y el científico, dos arquetipos literarios trasladados con gran éxito al cine, se entremezclan hasta confundirse, y se reinventan, en los seis filmes que integran el ciclo Versiones de Frankenstein, en el Cine Riviera, desde el día 25 hasta el 31, a las 6:00 p.m.

Apropiaciones muy diversas de la novela de Mary Shelley, las recreaciones del Doctor Frankenstein van desde el clásico científico visionario y loco, hasta un extraterrestre proveniente del planeta Transexual. Se incluye la adaptación dirigida y actuada por Kenneth Branagh, Frankenstein de Mary Shelley (1994) con su alerta sobre el progreso ilimitado y sus consecuencias, y el mito de Prometeo presente todo el tiempo, así como el ambiente teatral que caracteriza las producciones de Branagh.

Si de homenajes se trata, Young Frankenstein (Mel Brooks, 1974) no solo tributa al clásico literario sino que rinde homenaje al propio medio que ha magnificado la letra escrita, recreando el laboratorio utilizado en la clásica Frankenstein (1931) que interpretaba Boris Karloff.

En la curaduría de este ciclo el doctor Frankenstein constituye el personaje que más atrae, incluso más que su creatura. Deviene el argumento de Shelley en pretexto para repensar las diferentes aristas del avance científico. En ese sentido destaca Carne para Frankenstein (Paul Morrissey, 1973) que alude a la invención de una raza superior, durante el amargo pasado del fascismo, aunque se intente matizar con el tono disparatado, y el equívoco cometido por el doctor a la hora de escoger su “material” para Frankenstein.

En contraste, se encuentra The Rocky Horror Picture Show (1975, Jim Sharman), musical de culto gracias, entre otros factores, a la inversión de roles pues la creatura no representa más la diferencia sino la norma, y el doctor se convierte en ese otro, tan diferente que es un extraterrestre.

En la correlación que sostienen monstruo y científico, matizada como padre e hijo, quedan enormes posibilidades para desarrollar. Aquel personaje que a falta de un nombre todos denominan por el apellido de su reanimador, en el filme I, Frankenstein (Stuart Beattie, 2014) recibe el nombre de Adam (Aaron Eckhart).

El alma como elemento que nos distingue, es la finalidad de la búsqueda que emprende el monstruo en medio de una guerra apocalíptica.

Y si de reinventar perspectivas se trata, no queda atrás Victor Frankenstein (Paul McGuigan, 2015) en la cual la historia es relatada por el personaje anónimo, aquel que lo ha visto y asistido todo: Igor. El sempiterno ayudante, interpretado por Daniel Radcliffe, narrará los hechos desde su singular punto de vista.

La dualidad entre vida y muerte, entre el progreso y sus consecuencias, permanecen en cada uno de estos filmes, en los cuales científico y monstruo no son más que fragmentos de un todo denominado ser humano.

(25-31/ 08/ 2016)