Ligia Parra: una bruja del siglo XXI

Ligia Parra: una bruja del siglo XXI

Vie, 09/23/2016

Sembradores de agua sigue la vida de Ligia Parra, una mujer venezolana que vive para y por la naturaleza. Esta cuarta entrega de docTV Latinoamérica, registra, más que una tradición, una cultura.

En Misintá, comunidad del estado Rangel, vive esta mujer que será filmada por la cámara de Mohamed Musain. Ligia no es exactamente lo que clasificaríamos como un chamán, pero sí se inserta en la larga tradición de mujeres que han escuchado y hablado por la naturaleza, aquellas que fueron tildadas de brujas cuando en realidad hoy sabemos que eran sabias. Su fe y habilidad para cultivar terrenos en busca de agua y manantiales, la hace el personaje central del audiovisual.

Con ella también estará toda una comunidad de agricultores que, incrédulos en un principio, hoy se suman de manera incondicional a un ritual que en su mayor parte permanece secreto.

La ceremonia es la culminación de un proceso audiovisual que registra la posible compra de un terreno para la siembra del agua. Manteniendo todo el tiempo un equilibrio entre lo espiritual-religioso y actividades humanas como la agricultura, Sembradores de agua, no busca develar la intríngulis de esta secreta ceremonia sino más bien sumarse a la fascinación con el milagro de su protagonista.

Pero en la búsqueda para entender en qué consiste la ceremonia de sembrar agua el montaje escénico del documental se ve afectado por la actuación de los personajes, que como suele ocurrir la mayoría de las veces se sienten atraídos o intimidados por la cámara y sobreactúan para ella.

Dicho enfoque intenta alertar sobre el respeto que se le debe tener a la experiencia, a la vivencia y a la tradición. América Latina aún hoy intenta entender y unirse con su pasado indígena. Las tradiciones, religiones y cultura amerindias, son dueñas de una sabiduría que ha sido tratada de menor, pero que su constante relación con la naturaleza puede ser la respuesta para el difícil cambio climático que enfrenta la humanidad.

Otro gran tema que expone el material se refiere a la contradicción entre fe y ciencia que, aunque al momento de filmar el documental ya esta ha sido vencida, es una de las constantes expectativas que enfrenta Ligia. Su ceremonia no es precisamente una técnica agrícola, pero da resultados, por lo cual todos los habitantes de la comunidad creen en ella.

En cierto momento del documental un biólogo interviene y expresa que Ligia aplica una tecnología social. Y tiene razón. En el sentido prístino de la palabra tecnología la sembradora de agua posee un ordenado grupo de conocimientos que permite crear bienes y servicios para los seres humanos. En este caso sería uno de los bienes imprescindibles para la vida humana: el agua.

La destreza de Ligia para sembrar agua proviene de su fe en la naturaleza y con ella intenta contagiar a las nuevas generaciones transformando su conocimiento en cultura, que eventualmente será respeto por la pacha mama y preservación de la especie.

(22-28/ 09/ 2016)