Lumière: comienza la aventura para cerrar el Festival

Durante el recientemente finalizado Festival de Cine Francés el público pudo apreciar el documental Lumière: comienza la aventura (2017), que se mantendrá en la programación del cine 23 y 12 hasta el domingo 29 de abril.

El documental de Thierry Frémaux recoge una centena de filmes de los quince mil filmados entre 1898 y 1905 por los hermanos Lumière y sus operadores. El audiovisual inicia con la primera de las grabaciones del cinematógrafo, La salida de la fábrica, de 1895, y que fue filmado tres veces.

Luego, clasificados bajo títulos genéricos, los filmes desfilan como testimonios de tiempos pasados y choques de modernidad. El narrador –el mismo Thierry Frémaux– examina la relación de estos con sus sucesores modernos, localizando el posible origen de grandes escenas de la historia del cine contemporáneo.

A partir de estos materiales de menos de un minuto de duración se puede apreciar la gramática del cine y de la puesta en escena al presenciar los primeros ejemplos del arte del travelling, la composición de planos, la profundidad o el eje de campo e, incluso, la dirección de actores.

El filme nos ofrece, también, un hermoso viaje a través del espacio: desde Lyon (ciudad de los hermanos Lumière y de Thierry Frémaux), al sur de Francia; desde Venecia hasta las pirámides de Gizeh o de la Cochinchina. De esta manera, los filmes reafirman la voluntad del cine, desde sus inicios, de servir como un medio para conocer el mundo, de permitirnos viajar a través de sus imágenes.

Desde la intención de divertir y entretener al espectador, Thierry Frémaux narra estos archivos históricos. En Madison st., Chicago, Alexandre Promio filma un desfile de cinco mil policías de los cuales cuatro mil novecientos noventa lucen bigote. Justamente otra de las virtudes del séptimo arte, el entretenimiento, quizá uno de los móviles principales que lo convirtieron en lo que es actualmente.

Lumière: comienza la aventura nos muestra estas obras en una calidad que es resultado de una restauración digital, pues los originales y las copias de los filmes se encontraban en un estado de depauperación que no permitía disfrutar de los detalles técnicos del trabajo de los Lumière.