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A media voz triunfa en Ámsterdam y compite en La Habana
Al igual que todos los grandes festivales que en el mundo funcionan, el International Documentary Film Festival of Amsterdam (IDFA) entrega galardones que componen reputaciones y propulsan obras. Por eso, el audiovisual cubano está fiesta con el premio al mejor largometraje (consistente en €20,000 y decenas de puertas abiertas) ganado recientemente por el documental A media voz (In a whisper), que codirigieron las realizadoras cubanas Heidi Hassan y Patricia Pérez.
El jurado otorgó el galardón al filme cubano, que había recibido una atronadora ovación del público, asegurando en acta oficial que se trata de “una refrescante reflexión desde la madurez femenina, una oda a la pérdida; una celebración de la amistad, el deseo y la vulnerabilidad; una demanda de esperanza y pasión; y un deliciosamente honesto diálogo cinematográfico, que confirman este mágico, original y arriesgado esfuerzo cinematográfico”.
Heidi Hassan y Patricia Pérez son egresadas de la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños, y ambas emigraron y continuaron estudios o trabajos en Suiza y España, respectivamente. Precisamente sobre las historias personales, entrelazadas, de ambas realizadoras, discursa A media voz, cuyo relato se inicia con material de archivo, VHS o fotografías sobre la niñez y los recuerdos compartidos que cimentaron una amistad indisoluble, a lo largo del tiempo, a pesar de la distancia y el paso del tiempo.
Según asegura la crítica aparecida en el sitio de Cineuropa, el documental describe, con toda honestidad, las vivencias afortunadas o aciagas de ambas profesionales, en un periplo de unos treinta años, y por parte de Heidi hay mucho de la alienación y de la nostalgia inherentes a la emigración, mientras que Patricia pasa algunos años viviendo de vender cocteles cubanos y luego intenta crear una familia, infructuosamente.
De acuerdo con el comentario mencionado en el portal Cineuropa: “Otro aspecto notable del filme consiste en las reflexiones de la voces en off, acompañadas por cierta distorsión temporal; el tiempo se enlentece o detiene, y los dos personajes se toman su tiempo para expresar sus sentimientos. (…) El lenguaje audiovisual de las directoras es franco, directo y a veces irónico, como resultado de un intenso proceso introspectivo. Heidi y Patricia se hablan la una a la otra y consigo mismas, a veces mirando al pasado, a veces con todo el miedo del mundo a un futuro carente de prospectos para realizar sus sueños”.
Para concluir su crítica sobre A media voz, Cineuropa sentencia que se trata de “una conmovedora historia sobre la amistad, el afecto, la nostalgia por el lugar donde crecimos (los cubanos le llamamos “gorrión”) y el amor de toda la vida por el cine. Es una sincera reflexión a cuatro manos sobre el valor de nuestros anhelos y la necesidad de seguir el rumbo que nos trace la pasión en la constante búsqueda de amor y comprensión”.
A media voz fue producido por Daniel Froiz para Matriuska Producciones (España) y Delphine Schmit para Perspective Films (Francia), en cooperación con PCT Cinéma-Télévision SA (Suiza) y, por supuesto, Producciones de la 5ta Avenida (Cuba).
Este documental forma parte de la selección en concurso del 41 Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano.