Momentos con Fidel

Momentos con Fidel

Lun, 08/15/2016

A propósito del cumpleaños 90 del líder de la Revolución cubana, Fidel Castro Ruz, se exhibió en la sala 1 del multicine Infanta un ciclo compuesto por varios documentales. A continuación publicamos las palabras inaugurales del ciclo, a cargo del cineasta Manuel Pérez Paredes.

Compañeras y compañeros:

Inauguramos esta noche el ciclo Momentos con Fidel, aporte del ICAIC y del cine cubano al homenaje que le estamos haciendo los revolucionarios de Cuba y de todas partes del mundo al noventa cumpleaños del líder histórico de la Revolución cubana.

La muestra seleccionada permitirá ver obras de diversos creadores, en particular de Santiago Álvarez, que sintetizan momentos y capítulos, cotidianos o excepcionales, de la vida de un hombre cuya huella está, y estará para siempre, no solamente en la historia de nuestra Patria, pues su quehacer ha marcado la vida de América Latina y se ha hecho sentir en el mundo a lo largo de las últimas casi siete décadas.

La película que veremos esta noche, y cuyo título da nombre al ciclo, fue realizada en el año 2004 por Rebeca Chávez, cineasta que ha enriquecido destacadamente el patrimonio de nuestro cine documental. Este fue el último capítulo de la serie de siete títulos: Caminos de Revolución, producido por el ICAIC conjuntamente con dos productoras españolas: Impulso Record y Gran Vía Digital.

Esta Serie fue una experiencia muy valiosa en más de un sentido. Fue un reto-riesgo, asumido a plena conciencia por el ICAIC, y que no se hubiese hecho posible de haberse impuesto la mentalidad conservadora, enmascarada en prudencia, pero vestida externamente como firmeza revolucionaria. 

Se discutió y negoció sobre la base de principios con los productores extranjeros y se hizo posible que esos capítulos, de poco menos de una hora de duración cada uno, sintetizaran la historia de Cuba, desde finales del siglo 19 hasta los primeros años del siglo 21. Todo esto sin dar ninguna concesión, política, ideológica o estética, en la visión que cada director y el ICAIC tenían de las etapas y temas de nuestra historia que se abordaron.  

Rebeca, Daniel Díaz Torres, dolorosamente ya fallecido, y el que les habla, tuvimos la responsabilidad de dirigir los capítulos. Resultó una experiencia exitosa, tanto en términos económicos como políticos, por su distribución internacional, justo en los años 2003-2004, cuando la Revolución era objeto de una fuerte campaña mediática internacional en su contra.  

Se vendieron miles de copias de DVD de cada uno de los capítulos en el mercado español, apoyándose en la distribución del periódico El País. Lo conseguido allí permitió que se repitiese la práctica con el periódico La Jornada en territorio mexicano, y con Página 12 en la Argentina, además de la venta de capítulos aislados en otras partes del mundo.

Se tuvo en cuenta, en la realización de la serie, la comunicación con un público no cubano y, hasta donde fuimos capaces, se trabajó pensando en las nuevas generaciones en el mundo, para contextualizar lo que se narraba. Ha quedado para nosotros como un resumen histórico, creo que de valor permanente, pensando en toda la población, pero en particular en lo jóvenes.

El capítulo de Rebeca consigue, de manera excelente, dar al espectador una síntesis conmovedora de momentos entrañables de la vida de Fidel, antes y después de 1959.

En su rápida panorámica podemos ver y recordar, los que edad tenemos, o conocer los que vinieron después, acontecimientos históricos y dramáticos, a veces muy dramáticos, pero otros también hermosos, difíciles, a veces muy difíciles, y también cotidianos, incluyendo momentos no exentos de humor y ternura. 

Puedo decir que este documental se aproxima, en parte revela, la intensidad de vida de alguien al que le tocó asumir responsabilidades y decisiones excepcionales al frente de nuestro país y vivir esas situaciones,  como ser humano y como dirigente, con una inteligencia, valor y audacia extraordinaria.

En este documental está, en breve síntesis, lo que lo ha convertido en alguien ejemplar en nuestra historia. Por ello estamos aquí, saludándolo y felicitándolo por su 90 cumpleaños pero, sobre todo, sacando en conclusión que el mejor homenaje, el verdadero en última instancia, que podemos y debemos hacerle, es ser consecuentes con su ejemplo y con los llamados que nos hizo y las preocupaciones que nos legó, particularmente en discursos y meditaciones de sus últimos años al frente de la Revolución, preocupado por su futuro y los retos que tenemos que enfrentar.

Muchas gracias.