No hay canción de cisne aún

Hay una propiedad profundamente real y completamente insufrible en la naturaleza del ser humano, la de taxonomizar la realidad como bicho de laboratorio. Una servidora, a falta de otra posición en el mundo animal, clasifica como humana. Ergo, me atrevo: existen dos tipos de personas, aquellos que quieren la Muestra Joven y aquellos que no; y realmente, solo uno cuenta.

Para todos hay Muestra Joven este año.

La pasada edición del festival del audiovisual joven cerró con una Junta Directiva renovada —que por demás contiene juventud—, una escaleta de tareas por hacer y el justo margen y sangría para hacerlas. El material está ahí: 75 obras inscritas, 24 seleccionadas; realizadores de Pinar del Río, Artemisa, La Habana, Cienfuegos, Sancti Spíritus, Santiago de Cuba y Guantánamo; producciones desde la institución y desde la más pura independencia.

Desde esa autonomía aparece, por ejemplo, el documental El año en que no hubo año, de Fernando Almeida, registro personal de la experiencia de pasar el servicio militar y que, además, comunica no solo aquella realidad opacada, sino el modo en que es percibida por quienes la padecen. O la ficción Flying Pigeon, de Daniel Santoyo Hernández, tercer cortometraje de este realizador en la Muestra Joven, y su primer trabajo libre de los empalmes que demandan los ejercicios de la Facultad de Medios Audiovisuales.

Del otro lado del charco está Ángela, de Juan Pablo Daranas, que combina códigos narrativos propios del documental con el resguardo siempre seguro que procura el criterio de verosimilitud, para contar una historia “del que se fue” —harto conocida por “el que se quedó”— para quien el american dream no es más que el sueño cubano en otro lugar.

En general las obras de este año discurren sobre temas como los relatos históricos del poder; los lugares, tanto comunes como ocultos, en los que se conforma la identidad nacional; los roles, esta vez desesperanzadores, de la mujer en la sociedad cubana; la rispidez de la ciudad con sus sujetos. Habemus Muestra porque hay películas que ver, cosas de las que hablar y defender. Los jóvenes que hacen cine todavía quieren estar en el cine, y quieren estar en la Muestra.