Para palpar el cine cubano

Para palpar el cine cubano

Mié, 03/08/2017

Para aquellos que amamos el cine cubano, visitar la exposición que ostenta el cine Chaplin supone verdadero placer. En la galería de esta sala oscura se inauguró este miércoles una muestra de piezas patrimoniales del séptimo arte nacional, como parte de las celebraciones por el aniversario 58 del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC).

Mirarse en el espejo como lo hiciera Sergio en Memorias del subdesarrollo (Tomás Gutiérrez Alea, 1968), apreciar dos de las doce sillas que utilizara Titón en la película homónima, y contemplar el vestido de Daisy Granados en Cecilia (Humberto Solás, 1982) o el traje de “cotorra” que presume Beatriz Valdés en La bella del Alhambra (Enrique Pineda Barnet, 1989), son algunos placeres que pueden experimentar los cinéfilos visitantes.

El productor Jorge Suárez y el realizador de animados Paul Chaviano fueron los curadores de la exposición. “Nos enamoramos de la idea y nos dimos cuenta de que podíamos hacerla realidad. No llegamos hasta donde queríamos, sobre todo por cuestiones de espacio. Tratamos de que la muestra representara diferentes áreas del cine: iluminación, sonido, vestuario, escenografía, efectos especiales, utilería… Detrás de ella está el trabajo de muchas personas anónimas. A todas, gracias”, comentó Suárez.

Por su parte, Chaviano espera que esta sea la antesala de una gran exposición dentro de dos años, cuando el ICAIC arribe a su aniversario 60. “Esto es solo un 20 por ciento de lo que podemos mostrar. Lamentamos también lo mucho que se ha perdido, sobre todo de las últimas producciones. Me parece muy importante el concepto de patrimonio. Lo que hoy podemos observar existe porque alguien lo ha conservado y amado”.

Algunas cámaras con que el ICAIC filmó sus primeras películas; vestuario de antológicos filmes como Clandestinos (Fernando Pérez, 1989) y Fresa y chocolate (Tomás Gutiérrez Alea y Juan Carlos Tabío, 1993); utilería de El brigadista (Octavio Cortázar, 1977) y José Martí: el ojo del canario (Fernando Pérez, 2010), y demás piezas memorables del cine cubano integran la exposición que rinde homenaje a los hacedores de este arte.