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¿Qué le faltó a “La mujer en la ventana”?
Desde la ventana de su casa una mujer espía la vida de sus vecinos. Y aunque en los inicios de esta historia suponemos que el único problema que le acecha es la agorafobia, el desarrollo de la misma nos acerca a una trama compleja, de la que esperamos mucho más que aquello que realmente nos presenta.
La mujer en la ventana (2021) se titula este largo dirigido por Joe Wright ―exhibido recientemente en el espacio sabatino Cine de medianoche― en el que intervienen grandes de la escena como Amy Adams, Julianne Moore y Gary Oldman.
La película, basada en una novela (en litigios legales por plagio) de A. J. Finn, presenta grandes conexiones argumentativas con otras propuestas del cine de suspenso. Y a pesar de que en los últimos tiempos las repeticiones y la poca creatividad sobresalen dentro del panorama cinematográfico hollywoodense, otras propuestas, aun bajo estas circunstancias, han salido más airosas.
Lo que podría comenzar tentándonos, la historia de un oprimido adolescente, carece de la veracidad suficiente para convencernos de su supuesta ingenuidad ante los hechos narrados, lo que se deduce tras evidenciarse esta situación como un recurso recurrente al género, aunque en cierta medida cumple con sus objetivos.
Desde la focalización de una protagonista desestabilizaba emocionalmente iremos transitando por su vida, o aquella que nos muestra como real, y construyendo una historia motivada por la intriga y el misterio. Asesinato, situaciones extrañas y personajes poco confiables van armando el rumbo de un relato que se reconstruye en un giro narrativo, cuando advertimos como irreal lo que hasta el momento sabemos del personaje principal.
Sin embargo, aunque nuestra protagonista no ha sido del todo sincera con los espectadores y la mayor parte de lo que nos ha mostrado son alucinaciones, elemento que quizás podría haberse explotado con otros beneficios, no estaba del todo errada.
El regreso del adolescente supuestamente traumado ofrecerá otro giro bastante inesperado al filme, aunque no por ello sorprendente, pues antes de llegar a este punto ya nos habremos percatado de que nada de lo que se produzca logrará involucrarnos de manera efectiva.
Ni siquiera la referencia directa a Hitchcock, ni la multinominada a la estatuilla de los Óscar, Amy Adams, logran salvar esta entrega. ¿Qué faltó? Creo que ante todo un convincente guion, capaz de sostener las actuaciones de sus intérpretes y engranar de manera precisa todas las piezas de una propuesta que contaba con mucho más de un recurso para funcionar mejor.