NOTICIA
Saúl Yelín, un gran creador
El cine La Rampa acogió este viernes 18 la premier del documental Evocación, de la realizadora Lourdes Prieto sobre Saúl Yelín, quien fuera, según opiniones de colegas, una de las personas más carismáticas que ha trabajado dentro del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC).
Prieto, junto a su equipo de realización, agradeció el apoyo del ICAIC y en especial de María Padrón, secretaria de Yelín y quien confió en ella para la realización del proyecto.
Por otra parte, el director de cine Manuel Pérez Paredes se refirió a la importancia del documental como fuente bibliográfica que recoge parte de la vida y todo el quehacer de Yelín como Director de Relaciones Internacionales del Instituto. Según sus palabras, “Saúl más que un funcionario fue un gran creador, pues convirtió en arte la promoción del cine cubano”.
Este y otros criterios se recogen de manera certera dentro del audiovisual a través del testimonio de personalidades de la cultura, actrices, miembros del ICAIC y personas que trabajaron junto a él.
Evocación es la reconstrucción de esta personalidad dentro de la cultura nacional a partir de la memoria, los materiales de archivo, las producciones cinematográficas de la primera etapa del ICAIC y, sobre todo, el testimonio. De ahí que figuras como el escritor Roberto Fernández Retamar; las actrices Eslinda Núñez y Daisy Granados; el vicepresidente de Programación, Benigno Iglesias; y la esposa de Yelín aparezcan en el filme.
A través de ellos y otros testimonios conocemos que gracias a la labor realizada por Yelín muchas personalidades de la cinematografía mundial visitaron nuestro país. Este hombre se encargó de diversificar el cine con lo mejor de la producción socialista; se preocupó por la formación de espectadores avezados, capaces de distinguir entre el cine de buena y mala calidad. Su afición por el afichismo hizo de Cuba un lugar de importancia dentro de la producción de carteles.
Además de ofrecer un bosquejo por su vida profesional dentro del Instituto, el documental expone los principales eventos que se desarrollaron durante la etapa fundacional del ICAIC; elementos de obligatoria mención, pues ambos sucesos se desarrollaron paralelamente. Esto permitió a la cineasta rendir honores a ese periodo inicial en el que aún no era un organismo del Ministerio de Cultura.
Sobre el lado humano de Yelín muchos coinciden en afirmar que fue una persona muy simpática, humana, irónica y hasta mordaz. Era culto y osado a la vez, tenía un talento que le gustaba ocultar pues, ante todo, era humilde. Disfrutaba escuchar las opiniones de los demás, aun sabiendo que no poseían el conocimiento suficiente para intercambiar con él.
Evocación termina con testimonios del fallecimiento de Saúl. Aconteció en su oficina y María Padrón estuvo a su lado durante sus últimos momentos. Murió dos años antes de ver concretado el Festival Internacional del Cine Latinoamericano, y durante los inicios del mismo el Comité de Cineastas entregó un premio en su honor. Según palabras de su esposa: “Vivió con mucha intensidad, como si presintiera que viviría poco”.
La pérdida de Saúl Yelín a los 42 años de edad fue un momento muy duro para aquellos que lo conocieron en vida. En poco tiempo logró crear bases concretas para el funcionamiento del Instituto, elementos que hoy se advierten como logros en su funcionamiento. El acercamiento a su figura 42 años después de su muerte dialoga sobre la impronta de sus acciones y, por tanto, de su existencia.