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Sergio Corrieri, más allá de “Memorias…”
Para muchos, hablar de Sergio Corrieri es hablar de Memorias del subdesarrollo. Sin embargo, el trabajo y la vida de este actor cubano no fue solo protagonizar el filme más importante de nuestra cinematografía, hubo más, mucho más. Sobre ello trata, precisamente, el documental Sergio Corrieri, más allá de “Memorias…”, dirgido por la realizadora Luisa Marisy, hija del histrión, y producido por el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC) y el Centro Cultural Pablo de la Torriente Brau.
El filme, que tendrá su premier el 15 de agosto a las 6:00 p.m. en el Multicine Infanta, pretende redimensionar la figura de Sergio Corrieri como intelectual y creador, y tiene como hilo conductor sus poemas, algunas declaraciones que el propio Corrieri hiciera para el programa de la televisión Cubanos en primer plano, más los testimonios de un destacado grupo de intelectuales, familiares y amigos cercanos, que nos revelan detalles de su vida y obra, hasta ahora desconocidos.
“Este documental es un proyecto personal en el que trabajo desde hace diez años. La idea de hacerlo fue resultado de tener unos padres extraordinarios vinculados al mundo del arte y la cultura, y de ser criada en ese medio. El día que asistí con mi padre al homenaje que se le hizo a Tomás Gutiérrez Alea (Titón) en el Museo Nacional de Bellas Artes ―en el cual hizo una especie de performance en recordatorio a Memorias del subdesarrollo― le dije: ‘Papá, hay que hacer un documental contigo en vida para que no ocurra como ha pasado con Titón. Quiero que cuentes en primera persona todas tus experiencias vitales’. Hablamos, entonces, con el presidente del ICAIC en aquel momento, Omar González, y nos apoyó. Mi padre esbozó un guion que se llamaba Todo Sergio, pero repentinamente lo nombraron presidente de la Comisión Organizadora del Congreso de la UNEAC y me dijo que no iba a poder filmar en ese momento. Lo dejaríamos para después del congreso. Lamentablemente enfermó de manera sorpresiva y falleció”, confesó Luisa Marisy.
Tal acontecimiento daría un vuelco a los planes de producción del documental. “Tuve que tomarme un tiempo para poner cierta distancia emocional y repensar cómo iba a hacer la obra. Por suerte apareció una entrevista que se le había realizado para Cubanos en primer plano en la que cuenta en primera persona muchas de sus experiencias. Y, por supuesto, tuve la valiosa colaboración de mi familia y muchos amigos que nos dieron sus testimonios”, comentó.
Luisa Marisy agradeció especialmente al director de cine Manuel Pérez Paredes, asesor del documental; a Adalberto Roque, director de fotografía; a su esposo, Normando Torres, director de arte del documental y diseñador del cartel; y al productor Aramís Acosta.
Pérez Paredes fue esencial en la realización del documental. Además de ser amigo de Corrieri lo dirigió en el filme El hombre de Maisinicú, largometraje que este año cumple su aniversario 45. Sobre su experiencia en la película conversó el cineasta en la conferencia de prensa, en la que señaló:
“Alberto Delgado no era un hombre conocido, por tanto, no tenía que buscar a un actor que se pareciera a él físicamente. Me enfoqué, entonces, en buscar a un actor que me diera el personaje que yo quería mostrar, y ese fue Sergio”.
También entre las personas que ayudaron a la realizadora en la fase de investigación estuvo el director de la Cinemateca de Cuba, Luciano Castillo, quien contribuyó con la búsqueda de películas, la digitalización de algunas de ellos y otras labores.
“Considero muy importantes todos los filmes que se hagan sobre personalidades del cine cubano. Necesitamos documentales como este, por eso de inmediato apoyé el proyecto. Los documentales sobre cineastas son muy pocos, hay, entonces, una cantera muy importante de trabajo en ese aspecto”, apuntó Castillo.
A la conferencia de prensa asistieron, además, el crítico y periodista Pedro de la Hoz, y el otrora presidente del Instituto Cubano de Radio y Televisión, Ismael González, ambos amigos y compañeros de trabajo de Corrieri, quienes felicitaron a la realizadora por haber sabido distanciarse de la relación filial para hacer este documental y alcanzar así cierta objetividad. “Supo situarse en el ojo que nos hacía falta”, destacó González.
Según Luisa Marisy, quedó sin utilizar el 60 por ciento de la información recopilada para este filme. “Nuestro deseo es hacer una serie de capítulos de 13 minutos para la televisión. Este medio sería maravilloso para difundir el legado de Sergio Corrieri”. Esperemos, entonces, que tal proyecto se haga realidad.