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¿Solo por un puñado de películas?
Fue su padre que tocaba la trompeta quien le enseñó la clave del violín y le transmitió una pasión que lo llevó a estudiar en el conservatorio de Santa Cecilia, en Roma. "Hice un curso complementario de Armonía y después estudié Composición. Tomé las clases primero de Antonio Ferdinandi y luego las de Goffredo Petrassi", contó Ennio Morricone en una de sus últimas entrevistas, quien compusiera más de 400 temas musicales a lo largo de una brillante carrera que a partir de la década del 60 del pasado siglo se consagrara entre las influyentes en la historia del cine.
Mientras se hallaba bajo la tutela de Petrassi fue que este hombre iluminado se dedicó a hacer arreglos musicales para la radio con el objetivo de ganar dinero, empujado por "la vida, con sus compromisos y sus necesidades. Sabía que no quería ser una carga sobre el magro presupuesto familiar. En esos años colaboraba frecuentemente y de forma determinante en las composiciones musicales. Sin firmar. Sin aparecer. Fue mi período de aprendizaje. Luego, un día me llamó Luciano Salce y compuse la música de mi primera película, Il Federale. Luciano me la mostró y le puse música. Esa experiencia salió bien y por algunos años colaboramos juntos. Después llegaron los otros directores", rememoró entonces quien se inspirara, además, para estrellas como Paul Anka, Mina, Milva, Zucchero y Andrea Bocelli.
Es en honor a quien muriera este 6 de julio en Italia a la edad de 91 años, que la Cinemateca de Cuba organizó en su sede del cine 23 y 12, el ciclo Ennio Morricone in memoriam, que inicia este 25 de noviembre (5:00 p.m.) con el concierto donde se interpretan algunas de sus partituras cinematográficas más importantes y que el gran compositor y director ofreciera en Múnich, Alemania, en 2004, registrado bajo el título de Morricone dirige a Morricone (Morricone Conducts Morricone).
Autor de bandas sonoras consideradas obras maestras, al estilo de Cinema Paradiso, La Misión (The Mission), Los intocables (The Untouchables), Días de gloria (Days of Heaven), Los odiosos ocho (The Hateful Eight), Bugsy y Malena, este notable creador empezó a protagonizar una historia de leyenda a partir de la estrecha relación de trabajo que estableciera con un cineasta con el que casualmente coincidió por un breve tiempo en la escuela cuando eran niños, Sergio Leone.
"Estuvimos un año en la misma clase, luego nos perdimos de vista durante mucho tiempo. Desconocía en qué se había convertido. Fue él quien dio conmigo al ver mi nombre en los créditos de un filme del que había compuesto la música. Vino a mi casa y me habló de su proyecto. Se trataba de Por un puñado de dólares".
Se refiere a Per un pugno di dollari, la coproducción de 1964 entre Italia, R.F.A. y España, que cuenta con Clint Eastwood, Gian Maria Volonté, Marianne Koch y Wolfgang Lukschy en los roles principales y nos invita a la sala oscura el viernes 27. Nos recuerda en su nota de prensa la Cinemateca, que "Dashiell Hammett escribió Cosecha roja, Kurosawa la convirtió en El bravo y Leone adaptó dicha cinta para iniciar la mejor serie del western-spaghetti, la trilogía Dollars, que transformó a Eastwood de vaquero de televisión en estrella cinematográfica internacional y lanzó las carreras del director y de sus colaboradores. En Por un puñado de dólares, su personaje central, el lacónico Hombre sin nombre se aprovecha de las rivalidades de dos familias en San Miguel, un pequeño pueblo de la frontera".
En cuanto al sistema de colaboración que utilizaba con Leone, de quien también se verá en este ciclo Érase una vez en América (sábado 28) y fuera estrenada dos décadas después de Por un puñado de dólares, Morricone contó: "Hablábamos con mucha anticipación. Pero si bien Leone me explicaba cómo iba a ser su filme, no me daba consignas. Era más bien yo quien le explicaba lo que tenía en mente, según lo que me describía. Raras veces me dijo: no, preferiría esto o lo otro.
"Después de esta primera banda sonora (Por un puñado de dólares), me pidió hacer algo similar para La muerte tenía un precio. Acepté. En cambio para la tercera película, El bueno, el malo y el feo, me opuse. Le dije: “No quiero que trabajemos así. No quiero repetirme, déjame hacer lo que quiera”. Y creo que hice bien. ¡Que si hizo bien!: El bueno, el malo y el feo constituye otro clásico indiscutible del séptimo arte.
Volviendo a Érase una vez en América (Once Upon A Time in America), según muchos críticos muestra el mejor trabajo de Morricone dentro de sus bandas sonoras. Con Robert De Niro, James Woods, Elizabeth McGovern y Tuesday Weld a la cabeza del elenco, ganó el Globo de Oro por su música, sin embargo, no consiguió ser nominada a los Oscar debido a que el crédito del italiano no se incluyó en una edición acortada preparada, por su "excesiva" duración, para los cines estadounidenses.
Lo cierto es que en esto de los premios anuales que concede la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de Estados Unidos, el versátil creador no tuvo mucha suerte, razón por la cual, tal vez para limpiar su honra, le entregó un honorario por su trayectoria en 2007, antes de que recibiera la estatuilla en 2016 por Los odiosos ocho (The Hateful Eight), escrita y dirigida por Quentin Tarantino.
Si bien fue reconocido, entre muchos otros reconocimientos, con tres Globos de Oro, seis BAFTA (Academia Británica de las Artes Cinematográficas y de la Televisión), dos Grammy, diez David de Donatello, un León de Oro por toda su carrera, el Princesa de Asturias de las Artes..., la verdad es una: el ilustre Ennio aspiró seis veces al codiciado galardón sin obtenerlo, y una de ellas se debió a la maravilla que concibió para Los intocables (The Untouchables), donde se puso a las órdenes del afamado Brian de Palma.
Los intocables también se halla entre las películas seleccionadas para este breve ciclo, que de hecho cierra el día 29. Aquí también aparece De Niro, pero escoltando a Kevin Costner, Sean Connery, Charles Martin Smith y Andy García, para mostrarnos a Eliot Ness, un agente especial del Departamento del Tesoro que, junto a un grupo de fieles incondicionales, combaten en la ciudad de Chicago, en tiempos de la llamada Ley Seca, al crimen organizado y a su máximo representante, Al Capone.
Nos resta por mencionar un estreno en Cinemateca, Libera, amor mío (Libera amore mio), de 1975, en el que el realizador Mauro Bolognini convocó a los actores: Claudia Cardinale, Bruno Cirino, Adolfo Celi, Philippe Leroy, para presentarnos a la familia de Mario y Libertad que, como no acepta el fascismo, vive como nómada hasta que se instala finalmente en una localidad donde ella se enfrentará al comisario político de la zona, con trágicas consecuencias.
Libera, amor mío (jueves 26), que al igual que Los intocables y Por un puñado de dólares, se exhibirá junto a una de las ediciones de lujo del Noticiero ICAIC Latinoamericano, nos dará otra oportunidad de disfrutar al máximo de la rotunda obra de ese genio nombrado Ennio Morricone, a quien le hubiera gustado al final de la vida, que "todos nos transformáramos en sonidos".
(Tomado de Juventud Rebelde, 22 de noviembre de 2020)