NOTICIA
Tan simple, tan desmesurado
Mientras La Habana comienza a respirar los primeros compases de la fiesta fílmica de cada diciembre —cierto que en circunstancias atípicas, debido a los efectos de la pandemia de la COVID-19, pero bajo la indeclinable voluntad de salir adelante—, la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano (FNCL) renueva credenciales.
En el orden noticioso, alista el IV taller Oportunidades y desafíos del audiovisual en el contexto regional, que sesionará del 8 al 11 de diciembre, coordinado con el ICRT y apoyado por el British Council.
La agenda pondrá sobre la mesa, entre otros temas, la situación del patrimonio audiovisual en los países de la región, el intercambio de experiencias que contribuya a las oportunidades de conocimiento, formación y capacitación de cineastas y promotores, y el acceso de los contenidos audiovisuales a los diferentes sectores de la población, en particular a personas con discapacidades sensoriales.
Todo ello a tono con los tiempos: las experiencias creativas generadas en tiempos de pandemia que impactan en la realización y circulación de los contenidos audiovisuales a través de plataformas diversas.
El propio evento tendrá en cuenta esta realidad, puesto que transcurrirá de manera virtual, lo cual, de acuerdo con los organizadores, ha incidido en un apreciable nivel de participación. También será noticia un panel sobre los siete lustros de la fncl, la actividad extensionista en las áreas exteriores de su sede y el acompañamiento a la habitual inserción en el festival de la Escuela Internacional de San Antonio, primogénita de la Fundación.
Esto no es más que la cresta visible de una ola que no ha dejado de crecer y se ha impuesto a rompientes que, por momentos, parecieron insalvables. "Ahí están los resultados de una labor constante —afirma Alquimia Peña, su directora general— que se expresa en el progresivo conocimiento de nuestro cine y su historia, los estudios e investigaciones, los espacios de análisis y reflexión con enfoque en la diversidad, el enfoque particularizado al reflejo audiovisual de las poblaciones originarias y el ámbito comunitario, y la prospección de las posibilidades de las nuevas tecnologías de la información en nuestro contexto. Y, por supuesto, están muy vivos San Antonio y el Festival de La Habana, que sigue siendo una muestra excepcional de la producción cinematográfica continental y un espacio para el pensamiento emancipador".
Cuatro pilares de la Fundación
Un cuadrilátero sustenta la labor de la FNCL: integración, estímulo a la creación, análisis, y formación. La primera de estas aristas fue la que dio origen a la institución.
Señalemos algunas fechas: los cineastas de la región que asisten en 1962 al festival de Sestri Levante, en Italia, se reconocen portadores de mensajes y lenguajes con más afinidades que diferencias. En Viña del Mar 1967 comienza a tomar cuerpo un concepto: nuevo cine latinoamericano. Un paso más, en 1968, en la Universidad de los Andes, en la Mérida venezolana. Un paso mayor en Caracas 1974, con el lanzamiento del Comité de Cineastas de América Latina (C-CAL). Tres años después, de nuevo en Mérida, consolidación del C-CAL y en 1979 primera convocatoria del Festival de La Habana.
Desde la capital cubana, Fidel atento. El político, el intelectual, el hombre de vastísima cultura y probada vocación martiana a favor de la integración de los pueblos, dialoga en 1982 con miembros del C-CAL durante el Festival, vuelve a hacerlo en 1983, y al año siguiente, en un encuentro sostenido con los argentinos Fernando Birri y Edgardo Pallero, los cubanos Julio García Espinosa y Manuel Pérez Paredes, el chileno Miguel Littin y los mexicanos Jorge Sánchez y Paul Leduc, se afianza la idea de crear la Fundación y la Escuela, ambas con el respaldo material y moral del Estado cubano, que nunca, ni en las más complejas situaciones, ha faltado.
Una nace en 1985, la otra en 1986; una ha logrado identificar, cimentar, defender y promover, tanto dentro como fuera de la región, la certeza de un espacio audiovisual latinoamericano y caribeño que, sin menoscabo de la diversidad de voces, apueste parte por la integración y favorezca el crecimiento y posicionamiento de la industria, así como por el rescate y preservación de la memoria audiovisual de los pueblos; la otra ha formado a más de una generación de creadores, varios de ellos representantes hoy de las vanguardias artísticas. Esta no es la única vía de potenciación de recursos humanos. Una de las más recientes consiste en el programa de maestrías de la Cátedra de Cine Latinoamericano y Caribeño en coauspicio con la Universidad de las Artes de La Habana.
De manera práctica, una de las formas de estimular la creación ha transitado por el proyecto Doc tv, en el que coordinadamente la Conferencia de Autoridades Cinematográficas y Audiovisuales de Iberoamérica y la FNCL, contando con el apoyo del programa Ibermedia, han venido fomentando la realización y difusión, en televisoras públicas, de documentales que reflejan realidades sociales y culturales en varios países latinoamericanos y caribeños.
En cuanto al análisis y la investigación, la fncl cuenta con el establecimiento del Observatorio del Cine y el Audiovisual Latinoamericano de la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano (OCAL-FNCL), plataforma que ha puesto a disposición de cineastas, instituciones públicas y privadas, investigadores y académicos, estudiantes e interesados en general, elementos de diagnóstico, detección de tendencias, evaluación de políticas y recomendaciones en función de una mayor capacidad competitiva de la industria y las actividades cinematográficas y audiovisuales en aras de la integración.
Una copiosa base de datos y decenas de publicaciones impresas y digitales configuran un impresionante catálogo documental y reflexivo que nutre la memoria histórica de la imagen de un continente.
Para acercar la hora de nuestra libertad
En la sede de la fncl, Alquimia Peña sueña con los pies en la tierra por impulsar proyectos y materializar avances, como testimonio de fidelidad a las ideas que animaron el surgimiento de la Fundación. Coordina y convoca a los tantísimos colaboradores de la entidad, a sabiendas de que hay que actuar a tono con las circunstancias de estos días. Los recuerdos no remiten a la nostalgia, sino al porvenir. Como aquella definición del presidente fundador de la fncl, Gabriel García Márquez, al precisar su objetivo cardinal: "lograr la integración del cine latinoamericano; así de simple, así de desmesurado".
O las premonitorias palabras de Fidel dichas con la pupila enfocada en América Latina y el Caribe al clausurar el Festival de 1985: "Más que nunca se consolida nuestra convicción de que no siempre seremos colonizados culturalmente, no siempre seremos dependientes, no siempre seremos explotados, ¡y que un día, más temprano que tarde, llegará nuestra hora de libertad!".
(Tomado de Granma, 4 de diciembre de 2020)