NOTICIA
Todo un reto para Arturo Santana
“Una visión humana acerca de la vida, la muerte y el miedo”
Arturo Santana
¿Cómo llegar a los sentimientos de las personas de una manera sutil y para nada agresiva, cuando se supone que en estos tiempos pasamos por momentos de temor, de incertidumbre, de pérdida y dolor, en otras palabras: de sobrevivencia?
La miniserie de quince capítulos Selfies. Rostros en la pandemia, del cineasta cubano Arturo Santana, explora, descubre y devela que se puede ir más allá para dejar a flote las emociones, liberar los miedos y revivir las esperanzas de muchos.
“¿Qué has aprendido con la pandemia?, ¿qué harás cuando te salves?”. Desde estas dos interrogantes el director nos conduce a través de los testimonios de personalidades conocidas de nuestra cultura, y otras no tanto, para reflexionar sobre el amor a la vida.
Santana ha dirigido los largometrajes Bailando con Margot (2015) y Habana selfies (2019). Además, es productor independiente y tiene en su haber gran variedad de audiovisuales: videoclips, cortos de ficción, spots publicitarios, documentales…
En entrevista realizada para Cubacine, desde casa, conocimos sobre la nueva propuesta, todo un desafío para el director y su equipo de realización.
¿Cómo asumiste el reto de esta miniserie, en plena pandemia?
Cuando estábamos casi pasando el pico de la pandemia, visité al presidente del ICAIC, Ramón Samada, para ofrecerme por si me necesitaban en ese momento. Él me comunica que era importante rescatar a técnicos y cineastas en tiempos como estos y recibí este reto, casi extremo. Nuestro objetivo principal era trasmitir un poco de esperanza a través del cine. Y así fue, decidimos asumirlo.
Fue muy difícil abordar los géneros y toda la información recopilada en casi mes y medio. Debimos hacer reajustes en el tiempo de filmación, las locaciones, ajustar el formato, hacer nuevos encuadres, incluyendo el estudio para una plataforma diferente, las redes sociales, el principal destino.
Éramos un equipo reducido, compuesto por un servidor en el guion y la dirección; Jessica Samada a cargo de la producción; Pedro Pulido en la fotografía de las entrevistas; Alexander González en la fotografía de exteriores; Abel Correa, responsable de la edición y corrección de color; en el sonido, Leeván García; la asistente de dirección, Iris Abreu; el asistente general, Juan C. Balart; y el auxiliar de iluminación, Roward Negret. Teníamos que cuidarnos mucho y tomar todas las medidas posibles. Trabajamos muy rápido.
¿Cómo fue el proceso de selección de los entrevistados?
Mi intención era buscar disímiles personajes. Hay muchos que los tenía premeditados, en el caso de otros, solo les di el concepto y la intención a mi asistente y a la productora, y ellas se encargaron y los prepararon.
Lo que hice fue cruzar los géneros entre series de televisión, videoclips, síntesis de spots y el documental encuesta. Luego busqué dos preguntas comunes para todos los entrevistados que aparecen en la serie. Intenté, además, a partir de mi filme Habana selfies, tomar esas mismas personas fotografiadas con el fin de ofrecer un arco de personajes. El público podrá ver testimonios de músicos cubanos, personalidades de nuestra cultura, actores y actrices, ancianos, novios, una ama de casa, un médico de familia, un taxista…, quienes revelan sus vivencias y sentimientos durante la pandemia.
El capítulo Sobreviviente, protagonizado por el crítico de cine Joel del Río, me conmovió grandemente. ¿Cómo fue para ti este momento?
Joel es una persona muy querida por nosotros. Cuando supe que estaba ingresado con coronavirus me agencié y busqué el teléfono de su habitación en el hospital. El hecho de ser un crítico, para algunos, rudo, no así para otros, no significa que no lo aprecies desde el punto de vista intelectual y humano. Joel siempre ha atendido mis películas de un modo gallardo y justo. Él es una persona muy especial. Además, es una figura respetada de nuestra cultura.
Con él todo fue espontáneo, no preparé nada. Sabía que era un sobreviviente, de ahí el nombre de su capítulo. Preferí no manipular nada, dejar que él solo se adueñara de su protagonismo a partir de las preguntas que le formulé. Lo que sucedió después fue él, confiesa que era la primera vez que lo entrevistaba.
Respeté todo su testimonio, respeté toda esa esperanza y demás. Todos nos sorprendimos ―incluso él― y llega a ese punto en que las lágrimas salen, pero luego se compone y termina como el “junco que no se parte”, como dice en su testimonio. Al final no podíamos ni abrazarnos, pero realmente ¡era para haberlo abrazado! Fue un capítulo muy impresionante.
¿Y Mequi?
Jayme Añiz, “Mequi”, es un limpiador de calles y alrededores del Teatro Nacional de Cuba. Supe a través de mi asistente que Mequi fue figurante de Habana selfies, y lo retomé, esta vez para la entrevista.
Todos somos vulnerables, todos estamos expuestos. Son sensaciones humanas y actos externos. “Mostrar que somos muy frágiles”, como dice Fernando Pérez en uno de los capítulos.
Ahora me apropio de tus preguntas: Y tú, ¿qué has aprendido en la pandemia?
Creo que mis respuestas están, justamente, en boca de los protagonistas. De un modo u otro todos reflejan lo que pienso humanamente como autor de la obra. El sentido de los tiempos ha cambiado: la importancia de las cosas sencillas, de la libertad, de estar juntos, de saber soportar la soledad, el riesgo…
¿Qué harás cuando te salves?
Cuando me salve, inevitablemente seguiré filmando. Trataré de reencontrarme y tratar de adaptarme a la nueva vida, pues la vida misma me ha obligado a esperar. ¡Finalmente nos salvamos! ¡Todo un reto! Sin dudas, estaremos con ansias de volver a ver la hermosa Habana y otras seis historias diferentes.