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Tributo a un cineasta preocupado por los misterios
Este jueves se inaugura en el cine 23 y 12, a las 8:00 p.m., el ciclo cinematográfico que ha preparado la Cinemateca de Cuba para homenajear al importante director portugués Manoel de Oliveira. Vuelvo a casa (2003) es el filme que abrirá la muestra, integrada, además, por Palabra y utopía (2000), La carta (1999) y El valle de Abraham (1993).
A la inauguración del ciclo asistirá el director de la Cinemateca de Portugal, José Manuel Costa, quien compartió en conferencia de prensa sus impresiones sobre la obra de Oliveira, así como información sobre la actual producción cinematográfica portuguesa.
“Agradezco la invitación. Las cinematecas de Cuba y Portugal son muy cercanas. No obstante, creo que hay mucho trabajo por delante. Debemos fortalecer nuestros vínculos. De hecho, gracias a nuestra experiencia en la restauración de patrimonio fílmico creo que podemos ayudarlos a resolver algunos problemas en ese aspecto. El cine cubano es tan importante que se hace necesario garantizar completamente su preservación”, señaló Costa.
Para el directivo, los primeros años como cineasta de Oliveira fueron fundamentales en su formación. “Este es el director de cine portugués más conocido internacionalmente. La gran parte de su obra la realizó durante su adultez mayor, porque a pesar de sus deseos por hacer películas durante su juventud, no tuvo respaldo financiero. Su mayor mérito, entonces, fue su actitud positiva. Su pasado no lo hizo pesimista, al contrario, siempre estaba pensando en la próxima película”, destacó.
También tenía Oliveira una actitud de permanente experimentación. “Nunca se preocupó por obedecer las reglas del cine clásico. El contexto en el que trabajó, para bien o para mal, no lo obligó a seguir los parámentros del mercado. Siempre fue muy moderno, por decirlo de alguna manera. Decía lo que quería de manera clara y sencilla, pero también hay en su obra una especie de permanente discurso sobre el misterio del mundo”, apuntó.
Sobre la producción de cine en Portugal, el director de la cinemateca de ese país explicó que la industria cinematográfica es pequeña, por tanto, los directores hacen tanto cine comercial como cine de autor. “Los jóvenes se interesan mucho por hacer filmes artísticos, culturales. El problema que tenemos es con la distribución, la cual se enfoca únicamente en las películas estadounidenses. Perdemos, entonces, la diversidad. Eso sí, agregó, se hace cine con mucha libertad, sin limitaciones políticas ni morales”.