Un certamen siempre renovado

Un certamen siempre renovado

Jue, 08/30/2018

“El Festival de Cine de La Habana tiene una presión muy grande cada año porque es un referente a nivel internacional del cine latinoamericano y su obligación primera es mostrar lo último que están haciendo las diferentes cinematografías».

Es la primera apreciación que hace Iván Giroud, presidente del certamen, al comenzar una entrevista exclusiva con nuestra publicación en su oficina en la Casa del Festival en el Vedado habanero.

¿Aún Nuevo Cine? Hablemos de la estética…

He insistido mucho en eso. Recuerdo que en la edición 35, en que me tocó ocupar la presidencia, realicé un seminario que se llamó ¿Nuevo? ¿Cine? ¿Latinoamericano? Las tres con interrogación. Era una provocación a la reflexión. Decir cuánto de nuevo hay, si es cine, qué es cine hoy día, o esa palabra audiovisual en que cabe todo y no define nada, y qué es Latinoamérica hoy.

En cuanto a los temas…

Lo que más me estimula en mi trabajo, a pesar de tantos años aquí, es descubrir qué de nuevo está pasando, qué tendencia se está imponiendo, qué nuevo tema está haciendo esta cinematografía. El año pasado fue un Festival paradigmático de revelaciones. Primero la cantidad de mujeres cineastas, las vimos recogiendo los premios en un porciento elevado... Cada día hay más cine preocupado por los temas medioambientales, por los pueblos originarios siempre tan mal tratados desde las alturas, la diversidad sexual, la memoria, la identidad. El cine latinoamericano está tocando varios temas a la vez, de calidad.

¿Ya tienen películas seleccionadas?

Este año parece, por lo que hemos visto y nos queda por ver, que va a ser un Festival tenso. Ya hay más de mil inscritas, y nosotros estamos trabajando desde febrero. Es una alegría porque demuestra que el Festival sigue siendo un lugar de interés para todos los cineastas y la gente quiere que su película se presente en este encuentro en La Habana.

¿Hay muchas películas cubanas este año?

Potencialmente tendremos muchas películas con posibilidades que puedan entrar al Festival. Estoy pensando entre seis y ocho. Ahora, lo que ninguna se ha estrenado, y esto crea una gran tensión, porque nosotros tenemos esa suerte de que el público cubano espera el cine cubano. Te puedo hablar de algunos títulos, por ejemplo, hay películas en coproducción con el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC), como una que hicieron dos jóvenes cubanos que viven en Canadá (El traductor, de los hermanos Rodrigo y Sebastián Barriuso); está también la película de Arturo Infante (El viaje extraordinario de Celeste García), que está terminada y es su ópera prima; el ICAIC terminó la película de Arturo Sotto (Nido de Mantis), la de Fernando Pérez (Insumisas) y la de Esteban Insausti (Club de jazz). Hay otras con posibilidades de que se terminen, como la de Alejandro Gil (Inocencia).

¿Qué han organizado por el aniversario 40?

Aparte del concurso, el sector industria, las muestras y todas las conferencias y talleres, vamos a hacer dos eventos teóricos: uno dedicado a ese aniversario 40, donde vamos a invitar a cineastas de varias generaciones, de los que han formado parte de su historia y a cineastas jóvenes para hacer una evaluación de lo que ha sido, cómo ha evolucionado y qué se espera. El segundo está dedicado al aniversario 90 de Titón (Tomás Gutiérrez Alea) sobre aspectos de su obra con expertos de Europa, Estados Unidos y América Latina. Titón no es solo un gran cineasta cubano y latinoamericano, algunas de sus películas están consideradas entre las grandes de la historia del cine mundial. Es una figura universal.

Hay ahora muchos festivales en Latinoamérica. ¿Qué características tiene el de La Habana para que los cineastas sigan viniendo?

El Festival de La Habana sigue siendo un referente. Tiene un prestigio ganado con los años. Siempre ha estado abierto a las generaciones nuevas, no solo se ha quedado con los patriarcas del cine latinoamericano. Al contrario, ha hecho un esfuerzo muy grande por ir descubriendo, ir sumando, incluyendo a los nuevos realizadores. De manera que no es un Festival que queda en la nostalgia, es un Festival que está vivo, que está todo el tiempo buscando, interrogándose, interrelacionándose. Es interesante porque recuerdo el año pasado en la clausura cuando Anahí Berneri, la directora que ganó (Alanis), dijo que agradecía mucho estar en el Festival y ver su película con el público cubano y sentir también la reacción de los otros cineastas, porque aquí ella descubría o recuperaba un sentido que no veía en ningún otro lugar, Cuba la hacía sentir parte de América Latina y es una cosa especial. Eso diferencia a La Habana.

El Festival de Cine de La Habana avanza a pasos acelerados hacia su edición 40. ¿Las palabras claves? Prestigio, referente, renovación. Más allá de la nostalgia, un certamen vivo.

Tomado de: Granma.