Amulet

Una dosis de nostalgia

Jue, 06/03/2021

Como otros neos, el neogótico es recurrente en el cine contemporáneo, pero, a diferencia de la revisita a estilos y maneras de matizar una historia, goza de un privilegio acaso no aprovechado de verdad hasta el momento. Que las películas de terror lo necesiten no significa que estén al tanto de todas sus conquistas o sepan utilizarlo en sus variantes estilísticas. En ellas se parte del guion para influir —como se espera— en la puesta en escena.

Amulet (2020), la ópera prima de la directora Romola Garai, ha sido calificada —y lo es a las claras— de terror neogótico: el misterio de las noches, la casa claustrofóbica y un tanto en ruinas, el sueño y la imaginación imponiéndose a la razón y, por si todo lo anterior no bastara, un fantasma femenino cohabita con los vivos como reclamando atención o esperando su oportunidad para abrir una ventana hacia el pasado. Tal cual sucede en un listado enorme de películas de esta modalidad, lo demoníaco revela una dosis de nostalgia.

La historia de Garai no principia de la nada o, para decirlo mejor, se corresponde a un suceso punto de partida, lo que le reporta un punto a su favor. Pero la guerra, telón de fondo de repercusiones circunstanciales, se deja por el camino, pues aquí se quiere construir o favorecer la historia de un hombre que se enamora y espera ser correspondido. Mas hay que tributarle a un género peligroso desde su elección, en el que muy pocos cineastas llegan a sobresalir más allá de lo habitual.

Pero, ¿cómo se le tributa para que el espectador se identifique rápido?: con la presencia de lo fantasmagórico asistido por los efectos especiales, lo que pudiera ser el plato fuerte de una película de terror. Mas por ello es que fallan muchas producciones recientes. Concentrada en cómo quiere mostrar y no en mostrarlo con sutilezas del propio guion y acaso del montaje, Amulet, con escenas para recordar, incurre en la desatención de lo que cuenta a favor de su estética audiovisual.

Otro asunto a considerar sería la mirada feminista que confronta la noción del matrimonio y las insatisfacciones. De ahí que el sexo y la responsabilidad por formar una familia unan el ayer con el presente. En este sentido, Amulet puede calificarse de un drama de horror en el que se necesita, a grandes rasgos, saldar cuentas.

Con giros inesperados y ese enigma que al espectador se le convoca indirectamente a desentrañar, la película de Romola Garai, quien ha podido llamar a los actores Carla Juri (Magda), Alec Secăreanu (Tomaz), Angeliki Papoulia (Miriam), Imelda Staunton (Hermana Claire) y Anah Ruddin (Madre), es un buen despegue para lo que está por venir, insista o no la directora en este género.