Sherlock Holmes

Una última aventura de Sherlock Holmes en Moscú

Dom, 09/22/2024

Khitrovka es una zona vulnerable en el que se refugian las personas de la peor calaña. Es un lugar en donde mora el vicio, la peste y el hambre. Su ley es la violencia y su gente la acata a capa y espada. No hay modales en un barrio como Khitrovka, en el que la mayor muestra de cortesía es “dejarte los bolsillos limpios” según auguran varios de sus habitantes. Sin embargo, desde otra mirada, entre sus calles, conviven las personas más variopintas de la Rusia de 1902.

Este es el escenario utilizado por el director Karen Shakhnazarov para darle forma a la película Khitrovka: Signo de los cuatros (2023) o mejor conocida como: La Moscú Clandestina, con la que unifica una de las locaciones más conocidas del país históricamente, las tradiciones rusas y una reinterpretación de la historia relatada en la segunda novela protagonizada por el famoso detective Sherlock Holmes, personaje del autor inglés Arthur Conan Doyle, “El signo de los cuatro”.

Shakhnazarov, presidente de los Estudios Mosfilm, los cuales están siendo homenajeados por su centenario en la Muestra de Cine Ruso en Cuba desde el 19 al 22 de septiembre, toma cada uno de estos elementos y los modifica para generar una historia que posiciona al dramaturgo y director de teatro Konstantin Stanislasky (Konstantin Kryukov) como personaje principal.

Stanislasky, tiene la necesidad de aprender de los habitantes de Khitrovka, sus costumbres y comportamientos, para nutrir a su personaje en el montaje de su nueva obra de teatro. Para ello conoce al escritor y vecino del barrio Vladimir Gilyarovsky (Mikhail Porechenkov), quien le enseña cada uno de los secretos de la zona y el tipo de personas que andan por sus esquinas y pasadizos. En esta aventura de descubrimiento ambos chocan con la muerte de uno de los habitantes más reconocidos del territorio, quien se convierte en la puerta de bienvenida para adentrarse en un complejo misterio confabulado entre muertes, simbolismos y la búsqueda de un tesoro desaparecido.

Dicha historia es desarrollada por tres personajes principalmente. Cada uno tiene un papel fundamental para develar el enigma final tras cuatro horrorosas muertes: ¿Quién es el asesino y por qué mata?

Stanislasky es un perspicaz hombre de mundo devenido detective por la situación, su sagacidad y poder de percepción reconstruye los hechos mientras encuentra cada pista dejada en el terreno. Su pareja, Gilyarovsky, resulta ser una clara reinterpretación del “querido Watson” que brinda no solo músculo y fortaleza de carácter sino una gran capacidad intelectual enfocada en apoyar la causa, cuando no le facilita resolutivamente el camino al presunto investigador.

A estos dos se le suma Knyaznha (Anfisa Chernykh), una pícara mujer de las calles de Khitrovka, la que tiende a ser sospechosa de la escaramuza, pero su sagacidad y entereza demuestran lo contrario. Este personaje es una delincuente de buen corazón que destaca por su versatilidad. Detrás de sus encantos queda una mujer que solo busca su bienestar, así tenga que sacrificar su integridad para alcanzar los objetivos que se propone.

Shakhnazarov toma dichos elementos, la inclusión de un MacGuffin más que justificado y construcciones ya preestablecidas para confeccionar una relectura de la novela de Doyle. Adapta el argumento de El signo de los cuatro a un contexto que enriquece la trama por sus particularidades, en que sus personajes se desarrollan y evolucionan con cada paso de avance. A su vez, la manipulación de los textos que sirven de fundamento calzan una historia llena de identidad e idiosincrasia rusa, así este relativizado en un territorio diferente a la cuna original de la novela. Esto le otorga un valor cosmovisivo.

Sucede que, con la manipulación cinemática expuesta se hace posible una dominancia sobre los aspectos que hacen de Khitrovka: Signo de los cuatro una muestra que alaba la historia nacional, al género detectivesco y a dos sujetos, representados en un único ser (el rol de Kryukov) en el guion de Shakhnazarov, Elena Podrez y Ekaterina Kochetkova, como Holmes y Stanislasky, quienes, cada cual desde sus construcciones e imaginarios, han sido entes trascendentales para la humanidad y su formación cultural.

Las poco más de dos horas de Khitrovka: Signo de los cuatro son un deleite para cualquier espectador por su entramado divertido y dinámico, su fotografía detallista y el tejido armonioso dado de los diversos componentes históricos, culturales y terrenales que alimentan su historia.

 

SH