“Viva Papi” y otras 10 películas cubanas para felicitar a los padres

“Viva Papi” y otras 10 películas cubanas para felicitar a los padres

Mar, 06/21/2016

A través de diez filmes cubanos memorables, con personajes paternos, o paternales, solo queremos felicitar a los autores de nuestros días, como define el diccionario a los padres.

Uno de los dibujos animados más vistos en Cuba todos los días de los padres es Viva Papi, realizado por Juan Padrón, en 1982. La voz en off (de Bola de Nieve) le explica a un niño, que vemos en pantalla, la tremenda importancia de la figura paterna, o más bien intenta convencerlo de cuán imprescindible resulta el trabajo del padre, que solo fabrica tuercas, de las cuales dependen los puentes, los vehículos y mil cosas más. 

A continuación recordamos, además de Viva Papi, otros diez padres descomunales, figuras paternales de antología, que aparecieron en el cine de la Isla:

El brigadista (1977, Octavio Cortázar): Los personajes no eran padre e hijo, sino un campesino y su joven alfabetizador, pero la relación era filial, fraterna, de mutuo respeto y aprendizaje. Además, Salvador y Patricio Wood, los intérpretes, sí son padre e hijo, de modo que el filme clasifica de lleno entre las historias paternales.
Guardafronteras (1980, Octavio Cortázar): El memorable Pata Pelúa es el jefe de una escuadra de reclutas revoltosos e indisciplinados. El actor Tito Junco modeló un personaje medio rudo, pero de honda fibra humana y paternal. Inolvidable.
Los pájaros tirándole a la escopeta (1984, Rolando Díaz): Reynaldo Miravalles es el padre, medio machista y posesivo, de Beatriz Valdés, quien se enamora de Albertico Pujols, machista entero y más que posesivo, cuya madre es nada menos que Consuelo Vidal.
De tal Pedro tal astilla (1985, Luis Felipe Bernaza): De nuevo Reynaldo Miravalles en el papel de uno de esos guajiros resabiosos y entrañables que supo hacer como nadie.
El corazón sobre la tierra (1985, Constante Diego): Miravalles por tercera vez haciendo de un padre, pero ahora lejos de los registros humorísticos. Se trataba de un padre que intenta superar su duelo (al hijo lo mataron en Angola) tratando de materializar un sueño de su hijo: la creación de una cooperativa necesaria.
Hacerse el sueco (2000, Daniel Díaz Torres): Enrique Molina ha interpretado, por lo menos, cuatro de los padres memorables del cine cubano. Además del nostálgico con las glorias socialistas en Hacerse el sueco, el actor le dio vida al padre permisivo de Mañana (2006, Alejandro Moya) y al intolerante de Barrio Cuba (2006, Humberto Solás). También le confirió sangre y alma al progenitor complejo y veraz de Video de familia (2001, Humberto Padrón).
Suite Habana (2003, Fernando Pérez): No es un padre exactamente, sino un abuelo, el que trae al célebre documental a esta antología de personajes paternos. ¿Quién no recuerda la escena del abuelo y el nieto, en la azotea, mientras contemplan la luna, negados ambos a sumirse en la oscuridad o el aburrimiento?
Páginas del diario de Mauricio (2006, Manuel Pérez): Hacia el final de la película, Rolando Brito interpreta con absoluta convicción, como siempre, el papel de un padre vencido por la distancia de su hija emigrada, y necesitado de refugiarse en el afecto de la hija de su esposa, con la cual tiene un alto nivel de compensadora comunicación.
José Martí, el ojo del canario (2010, Fernando Pérez): De nuevo Rolando Brito, ahora interpretando a Mariano Martí, un padre exigente y virtuoso. La corta escena final del personaje, cuando visita a su hijo condenado a trabajos forzados en las canteras, está entre las más hermosas del cine cubano dedicadas al amor paterno.
Conducta (2014, Ernesto Daranas): Si el filme habla, indirectamente, sobre la familia disfuncional y la emigración a La Habana, también presenta sendas figuras de padres memorables: el que interpreta Armando Miguel como padre remiso a posesionarse de sus responsabilidades, y el “palestino” de Héctor Noa, paradigma de padre sacrificado con el fin de favorecer mejores oportunidades para su hija.