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Alfredo: símbolo de intelecto y legado
Con las palabras de la directora Rebeca Chávez a modo de recorrido histórico comenzó el panel: "Alfredo entre nosotros", primero de los encuentros teóricos: "Un repaso en el 65 aniversario con los Fundadores del ICAIC", incluidos en el programa de actividades en la Fiesta Por El Cine Cubano.
La cita tuvo lugar en la sala Héctor García Mesa ubicada en el lobby de la institución cinematográfica con la conducción de Dolores Calviño y las intervenciones de Francisco Cordero, Manuel Pérez y Gerardo Chijona, los cuales acompañaron a Chavéz.
Volver a la figura de Alfredo Guevara es contar la historia del ICAIC. Es relatar los pasos que han trazado el camino de la institución desde cada uno de sus tiempos en comunicación con la realidad.
"El cine cubano tiene una historia llena de filmes que necesitan volver a la memoria" afirmaba Chávez a partir de una interpretación de los textos de Guevara al recalcar la vigencia necesaria de sus palabras, las que aluden al legado del ICAIC para la sociedad y la cultura cubanas.
El pensamiento de Guevara trasciende los tiempos, moviliza actualmente la intelectualidad hacia los menesteres y las respuestas del buen hacer, rompe los límites que atan el arte en busca de un mejor porvenir.
El empeño del fundador homenajeado posibilitó que el ICAIC rebasara el objetivo primario del cine para convertirlo en una cuna del espíritu y el intelecto. Abogaba por un rediseño constante de la estructura del instituto en representación de los intereses y los contextos, buscando el diálogo para resolver los conflictos que surgían entre épocas, respuesta de su cosmovisión del mundo.
Pérez comenta que Alfredo Guevara era una persona peculiar, dedicado a la creación diversa por y para el cine como organismo vivo que genera una metamorfosis social y cultural.
Además, el autor de Revolución es lucidez, diseñó un proceso de formación que fomentaba "la unidad dentro de la diversidad". Frase acuñada por Julio García Espinosa al referirse al papel que jugó Guevara en la gestación de todo el sistema de creación del ICAIC a nivel nacional. Este diseño sirvió de base para el modelo institucional de la estructura funcional de otras organizaciones.
Cordero se considera heredero de esa educación del ICAIC; pues Alfredo Guevara al especializar jóvenes incorporados en la técnica cinematográfica, quienes fueron parte del crecimiento de la institución y sus diferentes dependencias, fomentaba el crecimiento profesional de ellos y de la industria del cine.
El evento culminó con la exhibición del documental Alfredo Guevara de cierta manera y hasta cierto punto, el que muestra detalles de la vida del protagonista y varios de sus testimonios, que sirven, junto a las anécdotas ofrecidas por los panelistas, para describir diversos procesos históricos del ICAIC en los que participó y su manera de pensar, evidencia de un intelectual con una perseverante motivación.
Este debate sobre la figura de Alfredo Guevara es punto de partida para otros encuentros que tendrán lugar en este propio espacio para referir la trascendencia de Julio García Espinosa, Santiago Álvarez, Humberto Solás, Tomás Gutiérrez Alea y otras figuras que forman parte esencial de la historia de esta institución.