Reynaldo

“Alicia bailaba en puntas, pero estaba muy bien calzada”

Jue, 12/24/2020

Sobre Alicia Alonso dijo Alfredo Guevara: “Es el embrujo racional de la magia, que revela en la danza la maravilla oculta, que en el órfico vaso de sí mismo realiza, hace del sortilegio, lección de poesía”.

Por eso y más, el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC) celebró una función gala homenaje por el centenario de Alicia Alonso este 23 de diciembre en el capitalino cine Acapulco.

Y es que el pasado día 21 nuestra Prima Ballerina Assoluta habría cumplido un siglo de vida. Por ello, el ICAIC quiso festejar sus excepcionales habilidades danzarias recogidas en filmes como Giselle, dirigido por Enrique Pineda Barnet en 1964 y exhibido en la función.

Antes de la proyección, el escritor Reynaldo González habló a los bailarines allí presentes, en su mayoría estudiantes, acerca de la relación entre Alicia y nuestra cinematografía.

“No soy un balettómano, pero sí un enamorado eterno del talento, la personalidad y la bravura de una señora como Alicia Alonso, llena de potencia, valor y pujanza”, confesó.

“Tuve la suerte de conocerla hace muchos años y, desde entonces, supe que en ella el pueblo cubano tendría un gran tesoro. Porque Alicia era una diva generosa, pero con una fuerza de carácter inmensa, que supo luchar como gata por la Escuela Cubana de Ballet”, agregó el premio nacional de literatura, no sin antes destacar cómo nuestra eterna Giselle aportó sensibilidad y desafió el machismo.

Asimismo, González expresó: “Alicia bailaba en puntas, pero estaba muy bien calzada”, como lo hizo en el primer largometraje de ficción de Pineda Barnet, una puesta en escena coherente con el cine, en el que se narra un juego con la muerte.

“Debieron haberse filmado más películas como esta, que dejarán constancia de este arte (el ballet) mediante el cual se pueden, también, contar historias", concluyó. 

Por su parte, el historiador del Ballet Nacional de Cuba (BNC), Miguel Cabrera, agradeció al ICAIC, “esos ojos y manos que aprisionaron la maestría de una grande de esta nación”.

“Giselle nació tras el trabajo de mesa entre un cineasta y una coreógrafa, y del miedo de Alicia, en medio de mucha escasez, pero esa cinta trascendió su época por ser una lección del estilo romántico de nuestro ballet”, abundó.

“Alicia no es un misterio, es una realidad que nos acompañará siempre”, concluyó Cabrera.

Durante la velada, el presidente del ICAIC, Ramón Samada, a nombre de todo el Instituto, entregó a la actual directora del BNC y figura de la danza cubana e internacional, Viengsay Valdés, un cartel para festejar a la Prima Ballerina Assoluta de Cuba.

El cine cubano y sus creadores siempre han estado cerca de la trayectoria vital del Ballet Nacional de Cuba, una compañía que es parte de nuestra historia, cultura y cubanía.