NOTICIA
Deconstruyendo el machismo
Durante años Fernando mantiene una relación amorosa con dos mujeres. Aunque ninguna de ellas conocen de la existencia de la otra, el esposo bígamo sostiene que tiene una sola familia dividida en dos y que con ambas se siente pleno.
La construcción del personaje de Fernando —interpretado por Adrián Suar—, protagonista de Corazón loco (Marcos Carnevale, 2020) caracteriza al típico hombre egoísta. Aunque se refiere a una historia del siglo XXI, sus actuaciones son fruto de estereotipos, los que resultan anacrónicos en estos tiempos modernos.
¿Acaso Carnevale consideró que utilizar la comedia como vía para relatar la historia, disminuiría el mensaje machista, hegemónico y de desigualdad de género que sostiene en su cinta?
Pues, si de eso se trataba realmente no logra cumplir sus propias metas. Desde la perspectiva del argumento el “macho dominante” es quien termina derrotado y con el corazón roto. Fernando comienza como el victimario del engaño y la manipulación; pero al final ocupa la posición de sus víctimas. Al comienzo del filme las situaciones que rodean su infidelidad son constante causa de risa, mientras avanza el metraje se aprecia el tono de pérdida; pues Fernando se describe a sí mismo como incomprendido en el amor, y castigado por amar en exceso.
A pesar de que las protagonistas femeninas, antítesis una de la otra, se unen para concretar un plan maquiavélico con el fin de humillar a quien las engañó toda la vida, la película no intenta deconstruir el patriarcado.
Es cierto, la ingenuidad de aquellas no regresará, pero resulta desconcertante el retrato hegemónico de una masculinidad con privilegios, donde el género femenino se organiza en función de las necesidades de quien las considera inferior.
¿Acaso perpetuar comportamientos patriarcales, desde la caricaturización de sus protagonistas, no debe valorarse como un atraso de pensamiento social por aquellas personas que intentan desarticular la posición de dominio dentro de la dinámica de género?
Ni siquiera la pérdida de privilegios del sujeto masculino posibilita avizorar un indicio de conciencia de género. Y aunque su realizador no haya tenido en cuenta estos detalles, hubiese sido más cuidadoso en la historia de un Corazón loco ajeno a prejuicios y consecuente con la equidad.