NOTICIA
Gibara: pedacito de nuestra isla
Hace poco más de una semana en este mismo espacio Armando Capó nos comentó sus motivaciones para grabar en su Gibara natal La tierra de la ballena, documental que ya se encuentra en fase de posproducción y reunió a un equipo de jóvenes interesados en captar las pequeñas historias de un lugar macondiano, ubicado en la costa norte de Holguín.
Para Rosa María Rodríguez, quien asumió la producción del filme, el reto es mostrar a Gibara como protagonista del relato, pero contado a través de las voces de tres artistas: Antonio Lemus Nicolau, Luis Catalá Maldonado y Antonio Piferrer. También es una cuestión de principios: Capó —como hijo— se sentía en deuda con “ese rincón salado de Cuba”. Sobre el documental y sus desafíos conversó con Cubacine la productora:
Capó quería grabar en Gibara
Era una de las deudas que tenía como hijo de ese rincón salado de Cuba, más cuando todos esperaban que Agosto se grabara allí. No pudo ser y seguía latente el deseo. Había grabado un documental antes muy cerca de Gibara, La certeza, financiado por la convocatoria del DOCTV Latinoamericano en 2012. Pero Gibara era un tema pendiente.
Cuarentena creativa
En el tiempo de cuarentena la idea de hacer algo allí creció, primero cuando comenzamos a preparar la carpeta para su segundo largo de ficción, El Regresado (ganador del Fondo de Fomento del Cine Cubano en la modalidad de Desarrollo). En ese proyecto uno de los protagonistas es el pueblo de Gibara y todo pasa en ese lugar.
Al retomar el tema, yo como productora quería saber cuán factible era grabar allí. Y también conocer de primera mano el potencial de esa zona oriental. Y el otro tema es la carrera como documentalista de Capó que desde hace años ha sido pospuesta, hasta tuve el temor de que abandonara el documental para dedicarse solo a ficción.
Grabar en Gibara
Y comenzó la lluvia de ideas. La premisa: grabar en Gibara, reencontrar a su director con el lugar donde creció; y todo fluyó. Desde el principio pensé en un presupuesto mínimo para poder grabar, también teniendo la seguridad de que de mi lado tenía una infraestructura que me permitía grabar la película con un presupuesto bajo. Presentamos el proyecto al Icaic y fue aprobado.
Los personajes de La tierra de la ballena vieron crecer a Capó. Los espacios los conoce como la palma de la mano y eso fue un valor increíble para que el equipo inmediatamente conectara con la historia y la hicieran suya también.
Denise Guerra se encargó de la fotografía, el asistente de foto fue Álvaro Peredo, junto a mí en producción está Lisa María Velázquez, el sonido directo es de Pedro Espinosa, y otros holguineros se nos sumaron en el rodaje.
Fue un desafío desde el punto de vista de la producción, pues tuvimos que hacer desde La Habana la avanzada del documental, sobre todo en un momento único: la pandemia, la unificación monetaria…, era el último mes del año 2020 y realmente por momentos sentí cierta incertidumbre.
Agradecimientos
Nos ayudó mucho el equipo increíble del Icaic, el gobierno provincial de Holguín y el municipal de Gibara, el Centro Provincial de Cine, la empresa UEB de Holguín, la filial de la Universidad de las Artes (ISA) en Holguín, entre otras instituciones. Y en especial agradecer el apoyo de los trabajadores de los museos de Gibara, la Dirección Municipal de Cultura, los trabajadores de la casa de alojamiento Jibamar perteneciente a la empresa Expo Holguín, y al pueblo de Gibara en general.
¿Etapa actual?
Ahora estamos entrando en la etapa de posproducción junto a Emmanuel Peña como editor y con la alegría de que tenemos un material hermoso. Y quién sabe si para los 405 años de Gibara, que serán en enero del 2022, podamos ver el documental allí, en ese pedacito de nuestra isla lleno de fuertes y fortines.
(Fotos: cortesía del equipo de realización)