NOTICIA
Rosa María Rodríguez y la paradoja del despertar
Nara se ha convertido en el más reciente proyecto de la realizadora holguinera Rosa María Rodríguez. Un corto sobre el que su directora ha concedido entrevistas, explicando la génesis de un metraje que apela a líneas recurrentes en su filmografía.
De esta manera se nos presenta una historia sobre la base del terror, y en la que además son expuestas diversas problemáticas femeninas. Ya Rodríguez había comentado con anterioridad en este propio espacio que sólo podía haber contado este relato en “un thriller psicológico donde una adolescente protagoniza el despertar sexual, el deseo, la incomunicación, la maternidad y la soledad”. [1]
Actualmente Nara se encuentra en su etapa de posproducción, lo que lo acerca cada vez más de su estreno. Tiene una duración aproximada de 35 minutos y según las expectativas al respecto, la cineasta declaró en entrevista que tiene previsto tenerlo listo para finales de este año.
¿En qué etapa de la posproducción se encuentra el corto?
Nos encontramos cerca del corte definitivo, para eso he contado todo este tiempo con el apoyo del editor Emmanuel Peña.
Pero antes de que esto pueda suceder, debo contar con la diseñadora sonora Irina Carballosa (DB Estudios), pues Nara es una película de atmósferas y sensaciones. Solo con un trabajo previo de sonido podría tomar algunas decisiones determinantes.
Por otra parte, está la corrección de color en la que trabaja Nancy Angulo, y por vez primera tendré que hacer uso de efectos especiales, y en ese sentido, andamos en negociaciones.
Al mismo tiempo, estamos en búsqueda de fondos para costear esta etapa, proceso muy habitual en este tipo de producción independiente, pues es algo común que se vaya armando el presupuesto sobre la marcha. Y en este sentido no olvido que gracias a la Muestra Joven, con su sección Haciendo Cine, y a la ayuda del ICAIC, pudimos obtener el apoyo necesario para grabar el corto.
¿Qué diferencia a Nara de sus anteriores producciones?
Miro mis proyectos y veo puntos de contacto. Siempre en ellos hay una línea que los atraviesa y me descubro hasta en mi largo documental Órgano, donde veo la conexión con mis películas de ficción.
Pero Nara es una propuesta más madura donde hablo paradójicamente del despertar. Y siguiendo esa línea de la madurez, es la primera producción que asume mi naciente productora GatoRosa Films, de la cual como Productora ejecutiva me siento orgullosa.
Además no puse freno a la duración del proyecto, convencida que es una película que necesita sus propios tiempos, de esa manera la clasificamos como un corto largo, idea sobre la cual trabajó Javier G. Borbolla, en el diseño del cartel.
Por otra parte, el audiovisual también tiene diferencias marcadas desde el momento de la conformación del equipo técnico artístico. Escribí su guion cuando estaba terminado mi primer año como estudiante en la Escuela Internacional de Cine y Televisión (EICTV).
Sumé a mis compañeros de año en esta realización desde el primer momento. En este sentido cuento con Fede Blanco, estudiante de guion costarricense al que le propuse que fuera el productor. De esa manera, entre nosotros comenzó una historia de amor extracurricular, a la que se sumó además Armando Capó.
El resto del equipo fue seleccionado al detalle: Alejandro Alonso en la fotografía, Niels del Rosario en la dirección de Arte, Irina Carballosa de DB Estudio en sonido, Keity Doeste en maquillaje y peluquería, Zusú Muñiz en el vestuario, entre otros.
En cuanto al elenco agradezco a Annabel Novo por regalarme la mejor interpretación de un personaje tan complejo como Nara, y a todo el complemento emocional de la historia conformado por Edgar Valle, Leo Parlay y Sandra Pérez.
La estrecha relación entre Nara y Rosa…
Los que me conocen van a ver mucho de mí. Pero la trama al desarrollarse dentro de una casa de la que no pueden salir los personajes, puede resultar muy familiar en tiempos actuales.
Sin perder de vista la ficción al punto de lo sobrenatural, donde las conexiones podrían establecerse en lo que padece esta mujer joven casi adolescente: los miedos a crecer, aprender a estar solos, aceptar lo que somos.
Al respecto siempre volveré a la frase que me acompaña desde los comienzos: Para enfrentar al sol tienes que despertar a la Bestia.
¿Como mujer y cineasta, crees que tu visión podría ser representativa?
Si, defiendo la visión de que hay que contar desde nosotras nuestras historias. Sin miedo a los esquemas que nos ha impuesto el patriarcado. Hablar del aborto, de la homosexualidad, de la violencia, de nuestros deseos sexuales, de nuestras fantasías y nuestras ideas perturbadoras.
No niego que como mujer es difícil hacer cine desde nuestro género, y eso me ha costado. La crítica es implacable, algunos hasta pueden llegar a extremos poco profesionales y no sólo son los hombres los que la practican. Pero creo que eso te hace más fuerte y determinada…, bueno, en mi caso ha sido así.
Nota:
[1] Rubén Ricardo Infante (2019): “Nara es mi más reciente grito”. Publicada en Cubacine: http://cubacine.cult.cu/es/articulo/nara-es-mi-mas-reciente-grito