NOTICIA
Talión dominicano
Uno de los estrenos en televisión en mayo será el filme dominicano Cocote, de Nelson Carlo de los Santos Arias, que compitiera en óperas primas durante el Festival de Cine de La Habana de 2017, año de realización del filme, el cual podrá ser apreciado hoy en el programa De Nuestra América.
Alberto, un evangélico que trabaja como jardinero en una casa adinerada de Santo Domingo, interrumpe su trabajo para ir al velorio de su padre. Allí se entera de que este en realidad ha sido asesinado, y su familia espera que él se haga cargo de su asesino. Entre rituales y crisis existenciales se rescribe el conocido artículo de la Ley del Talión “ojo por ojo, diente por diente”.
Estamos, por una parte, ante un típico filme de venganza que, sin embargo, va mucho más allá al confrontar creencias y prácticas religiosas importadas contra otras auténticas, que definen la esencia afrocaribeña de República Dominicana; se asiste en el relato a una pugna no solo personal y familiar, sino a un encontronazo entre el fundamentalismo evangélico que permea hoy tantos países latinoamericanos y un credo que cimienta sus raíces en ancestros mucho más pertinentes e identitarios.
Algunos se preguntarán sobre la palabra que sirve de título: aparte de ser una expresión vulgar acuñada por los dominicanos para referirse al cuello de una persona, también alude a la confianza que se tiene sobre algo, de modo que el protagonista debe atacar literal o simbólicamente esa parte del cuello del victimario y con ello recuperar la confianza de los ofendidos, su propia familia.
Filme elegido para representar a su país ante los premios Oscar y Goya, y premiado en Locarno, el primer largo de ficción de este realizador dominicano tiene la dualidad a la que apunta su título: una historia de duelo que es, a su vez, un drama familiar, el retrato de una crisis de fe y un relato de venganza.
También hay una mezcla estilística y genérica al unir ficción y documental, y combinar un estilo narrativo fragmentado que apunta a una gramática anticonvencional, con una narración más clásica y serena. Ello y su visualidad impactante genera un filme que atrapa y comunica, si bien llega a ser agotadora la exposición demasiado gráfica y hasta reiterativa de los segmentos rituales.
No se aprecia tampoco un nivel actoral parejo en el amplio elenco que integran Vicente Santos, Yudith Rodríguez, Yuberbi de la Rosa, Isabel Spencer y otros muchos; algunos exageran y otros resultan poco expresivos, pero, en términos generales, estamos ante un filme no solo inquietante y motivador, sino que define los rumbos más vanguardistas y sólidos en la actual cinematografía dominicana.
(Tomado de Cartelera Cine y Video, nro. 174)