NOTICIA
Videoteca contracorriente: las armas de la crítica
Para la mayoría de los cubanos, Videoteca Contracorriente es un programa del Canal Educativo 2 de la televisión nacional en el cual cada miércoles, a las 11:00 pm, es entrevistada una figura del pensamiento social, de las letras y de las artes, de la fe, de los movimientos sociales o de la política, en suma, alguien de notoriedad probada, principalmente, figuras de renombre internacional que visitan nuestro país, quienes por la vía del coloquio y el testimonio de sus experiencias personales, ofrecen su visión sobre los problemas mundiales.
Y tienen razón los que así piensan: esto es y debe ser la Videoteca..., un espacio que logre interesar al televidente, que este lo identifique y lo busque en la programación semanal, sin que mengüe su carga de entretenimiento de altos quilates. Debemos reconocer este propósito en toda su magnitud, el del contacto masivo inmediato con el público –el lector, que es el vidente– aun si el espectáculo televisivo no basta para explicar este proyecto cultural, lo que es hoy y lo que está llamado a ser. No creo necesario extenderme en ponderar la superioridad del potencial socializador de la televisión sobre el de la edición impresa, para subrayar que la Videoteca… contiene un alcance pedagógico y difusivo más eficaz que el que nos permiten las bibliotecas. Incluso la función de una videoteca se asemeja, ciertamente, a la de una biblioteca, ya que supone la misión de almacenamiento, solo que no de libros sino de grabaciones en video.
No obstante, al igual que en la biblioteca, lo que se almacena aquí es cultura, más que objetos físicos en sí mismos. Debemos entender que estamos ante otra expresión especial del quehacer cultural, para la cual la conservación, la clasificación y la investigación videográfica se orienta a valorizar las vías de acceso y el tratamiento de contenidos, no solo en el corto, sino también en el mediano y el largo plazo. En el corto plazo, la relevancia de la pequeña pantalla la beneficia con la atracción del espectáculo: cuenta la frescura del testimonio, su actualidad, y se convierte en un espacio de diálogo.
Pero lo que nos interesa destacar es que no nos encontramos ante un programa más de la televisión nacional; no puede verse como una entrevista a una figura estelar de los medios masivos (un actor, un cantante o un locutor de fama). De este género existen en nuestra televisión programas muy buenos, no solamente por la notoriedad de los entrevistados, sino también por la gracia y el profesionalismo del interlocutor. Desde este lado de la pantalla los televidentes buscamos dichos espacios, recordamos su horario, y disfrutamos la posibilidad de conocer mejor la vida y las realizaciones de nuestras estrellas.
Si bien para la Videoteca Contracorriente es igualmente importante el personaje entrevistado, que casi siempre es un visitante, su realización descansa menos en la persona que en los temas que esta puede abordar. A veces el mismo personaje participa en otros programas similares, pero hay una diferencia: aquí el entrevistado no se halla frente a una figura mediática, sino ante otro especialista de áreas afines a la suya, con frecuencia un colaborador, casi siempre un colega conocido, a veces, incluso, un contendiente en el terreno académico, y el diálogo, aunque no excluye lo anecdótico ni las experiencias personales, girará principalmente en torno a valoraciones sustantivas de los temas que el invitado domina. De ahí la flexibilidad en el tiempo empleado, y la importancia de la edición, generalmente en varias sesiones, antes de exhibirse en la pantalla. En el proceso de edición, se complementa el diálogo con secuencias fílmicas e ilustraciones, de este modo se convierte en un elemento clave para acercar el mensaje al público.
De cierta manera la concebimos como el equivalente del ensayo escrito. Por eso no pocas entrevistas requieren de dos secciones, y algunas llegan a tres, debido precisamente a la naturaleza del proyecto, que obliga a considerar su utilidad en el largo plazo, y la conveniencia de que nuestro huésped tenga la posibilidad de ser exhaustivo en su exposición. No es recomendable, para la videoteca, sacrificar rigor y amplitud en función del impacto mediático, del espectáculo.
Cuando aludo al largo plazo, pienso en la medida en que la entrevista trasciende a la relevancia difusiva inmediata. Reitero que la socialización rápida por los medios televisivos nacionales pone al alcance de la más vasta audiencia la reflexión sobre los temas, sean estos históricos o de actualidad, coyunturales o estructurales, generales o específicos, nacionales o internacionales, siempre marcados por los tonos y las libertades que la crítica impone. Y sirve al mismo tiempo de registro para su utilización ulterior por especialistas interesados, que al conocer con inmediatez de la existencia del material, cuentan con la posibilidad de adquirirlo posteriormente como fuente para la investigación y la docencia, o con vistas a polemizar con los autores, o con fines sencillamente de conocimiento. A partir de la aparición pública se anuncia que el documento existe y es posible su recuperación. En este plano la Videoteca Contracorriente se nutre del legado de las técnicas bibliotecarias, donde la garantía de recuperación ordenada resulta esencial, y le aporta el dinamismo y la efectividad del instrumento mediático.
La distinguirá del servicio bibliotecario tradicional, por tratarse de una grabación filmada, el alcance en el plano internacional. En la medida en que motive los intereses en el mundo académico fuera de Cuba, Videoteca Contracorriente deviene igualmente un instrumento de conocimiento y debate internacional.
El proyecto fue creado en 2003 en el ICAIC, bajo la inspiración de la Red de Redes en Defensa de la Humanidad, que acababa de constituirse, asentado en redes nacionales en México, Venezuela y Cuba, como «memoria fílmica del pensamiento revolucionario de la izquierda»,(1) para decirlo en los términos usados por Enrique Ubieta Gómez, quien fundó la Videoteca y la condujo en sus años iniciales. Se encuentra, por lo tanto, próxima a su primera década de existencia. A comienzos de abril de 2012, el fondo videotecario ascendía ya a ciento cuarentaisiete entrevistas filmadas y editadas, exhibidas en su mayoría, algunas en más de una ocasión debido al interés despertado en el público. Otras veintiseis, también filmadas, se hallaban en proceso de edición, lo que hace ciento setentaitrés.
Videoteca Contracorriente atesora ya un caudal apreciable de pensamiento. Una idea de su riqueza nos la propician los siguientes datos acerca de su composición. Todos los entrevistados son figuras de relieve en el campo en que se desempeñan, principalmente la vida académica, la literatura y el arte. Las proporciones por nacionalidades muestran una mayoría de latinoamericanos, seguida de europeos y norteamericanos, y africanos y asiáticos en menor cantidad. Encontramos nombres laureados con el premio Nobel, como Adolfo Pérez Esquivel y José Saramago; reconocidos líderes y luchadores políticos y sociales como Evo Morales, Gladys Marín, Tom Hayden, Susan Caldwell, Juan Mari Brás y Blanca Chancoso; cineastas famosos como Constantino Costa-Gavras, Danny Glover, Jorge Sanjinés, Miguel Littín y Hanna Schygulla; pensadores sociales como Noam Chomsky, Pablo González Casanova, Samir Amin, Luis Britto, François Houtart, Enrique Dussel, Bolívar Echevarría, Tariq Ali, Atilio Borón y Eduardo Galeano; narradores, poetas y dramaturgos como Roberto Fernández Retamar, David Viñas, Belén Gopegui, Patricia Ariza, Daniel Chavarría; periodistas de renombre como Ignacio Ramonet, Manuel Cabieses, Paco Ignacio Taibo II, Gianni Miná; religiosos como Monseñor Carlos Manuel de Céspedes, Frei Betto y el Reverendo Raúl Suárez. La lista de entrevistados, que no tiene sentido reproducir completa aquí, la forman en su totalidad personalidades de análogo prestigio.
Los nombres cubanos suman, hasta el momento, unas cuarenta entrevistas, cerca de la cuarta parte del total. Los entrevistadores son también, en casi todos los casos, cubanos. El equipo de filmación lo integran especialistas de mucha experiencia en el oficio de hacer cine. Nos resta señalar que frecuentemente se publican versiones transcritas de las sesiones en la revista Cine Cubano, y se han compilado, igualmente, dos volúmenes, con el título de Por la izquierda, el primero con veintidós entrevistas, en 2007, y el segundo con veinte, en 2009; y se mantiene, por supuesto, el propósito de dar continuidad a estas compilaciones impresas, que poseen ya su demanda propia entre los lectores.
Me detengo en estos detalles porque pienso que ha llegado para esta realización la hora de un recuento. Sería difícil encontrar un experimento que resuma mejor, con mayor efecto, la recuperación de los contornos de la realidad de nuestro tiempo, la compleja dimensión trágica de la crisis civilizatoria, la insuficiencia de las respuestas convencionales y el renacimiento de una izquierda. Julio César Guanche, que editó y prologó el segundo tomo de Por la izquierda, lo expresa de este modo:
El siglo XXI se inauguró con realidades bien distintas a las del fin de siglo.
Se ha recuperado la iniciativa y se ha legitimado la ausencia de un centro socialista, del padre que todo lo cuida. En América Latina se viven procesos de gran diversidad, al ser comparados entre sí. Se ha redescubierto el valor de la autenticidad y la rentabilidad de la originalidad. Lenin repitió muchas veces la frase de Napoleón: «Nos comprometemos y después veremos»: he ahí un modelo para practicar una ortodoxia abierta hacia el futuro: se va haciendo y se va rectificando; la ortodoxia que conmina a hacer, y la apertura que reclama rectificar.El socialismo histórico avanzó «de victoria en victoria hasta la derrota final», como reza el humor popular. Esta experiencia arroja una valoración distinta sobre el contenido de la «victoria». La majestad de la «victoria final» ha venido a menos, y susurra una letanía ininteligible. La victoria final es, en definitiva, cada triunfo alcanzado sobre la opresión y las dominaciones, se inaugura una nueva lucha y se comunica con las existentes.(2)
Precisamente a esta mirada sirve de instrumento Videoteca Contracorriente. No la mirada desde la derrota, no la consolación por el socialismo perdido, frustrado o abandonado, sino el renacimiento del socialismo necesario y posible. Por eso tampoco es casual que este proyecto haya nacido y se consolide en América Latina y, si no resulta demasiado vanidoso, creo que debiéramos decir también que se explica que sea un proyecto cubano en su génesis, y por lo mismo, internacionalista e integrador en su esencia.
Videoteca Contracorriente se ha convertido ya en un portador imprescindible de las voces del cambio introducido con nuestro siglo. Una feliz iniciativa que no solamente se justifica con lo realizado sino que reclama un espacio, un aprovechamiento y una problematización que todavía no hemos sido capaces de incorporarle. Lecturas que no se limitan a la objetividad positivista, sino que nutren la comprensión de la realidad que se vive, que rompen cánones cuando nos transmiten con toda su vitalidad la fuerza de una izquierda que vuelve a formarse con mayores potencialidades espirituales que nunca. Una izquierda de regreso del gran fracaso del experimento socialista del siglo XX, y dispuesta a la recuperación y la puesta en marcha de una nueva aventura socialista: una que se haga sustentable. Una izquierda decidida a rescatar a Marx, y a los seguidores que acunan su auténtico legado, de las turbulencias y los desatinos que se han amparado en su nombre, y han levantado obstáculos para el cambio social por la vía de la revolución.
La celeridad del acontecer en todos los rincones de la geografía, dentro de todas las esferas de la sociedad, con todos los actores de la política, la economía y la cultura, incorpora constantemente nuevos elementos en el escenario, trastoca caminos con episodios inesperados, muestra el surgimiento de nuevos ingenios, riesgos, amenazas, trampas y agresiones del poder imperial. En un lapso de tiempo tan reducido como el último año, el mundo ha sido testigo de la llamada «primavera árabe» con significados e involucramiento internacional de signos y magnitudes distintas en Túnez y en Libia, con muestras claras de desenlaces pendientes en Egipto, con la expansión de la escalada imperialista de guerra de ocupación volcada ahora hacia Siria e Irán. En este mismo lapso, de manera paralela, crece en América Latina la línea de resistencia con la incorporación de Perú, se constituye la Comunidad de Estados de Latinoamérica y el Caribe (CELAC), cuerpo asociativo que por vez primera nos permite contar con un foro de concertación continental sin la presencia de los Estados Unidos; y simultáneamente el movimiento estudiantil chileno da muestras de una vitalidad promisoria. La Unión Europea, por la otra puerta de su vocerío imperial, se desmorona con el derrumbe de sus economías más frágiles, que las más fuertes no van a gastar recursos en salvar, y el movimiento de indignados crece allí, ha llegado incluso a los Estados Unidos y no muestra signos de sofocarse.
Por solo asomarnos –dicho sea– a la intensidad que muestran lo que el periodista Walter Martínez, en su programa Dossier de la cadena Telesur, llama cada noche con acierto «los acontecimientos en pleno desarrollo». Y para percatarnos del compromiso, de la potencialidad futura, del camino que tiene por delante este proyecto cubano de socialización del pensamiento. Videoteca Contracorriente no nos ofrece solamente un registro de hoy sino un horizonte mediático revolucionario que las generaciones más jóvenes nunca nos perdonarían la incapacidad de llevar al máximo de su potencial en la verdadera, la real e inevitable batalla de ideas del siglo que de manera tan desafiante ha comenzado. Y en la cual, evidentemente, nos toca también un papel.
(1) Confróntese prólogo al primer volumen de Por la izquierda, Ediciones ICAIC, 2007, La Habana, p. 7.
(2) Confróntese prólogo al segundo volumen de Por la izquierda, Ediciones ICAIC, 2009, p. 9.
(Tomado de https://www.lahaine.org/mundo.php/videoteca-contracorriente-las-armas-de)