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“Ahora mi afición al cine es menos inocente y más nutrida”
Nacido en La Habana en 1988, Ariel Rodríguez Méndez se graduó en 2014 del Instituto Superior de Diseño (ISDi), en la especialidad de Diseño Gráfico. Aunque es muy joven tiene un currículo loable, y en él figuran varios proyectos relacionados con el cine.
Ariel Barbat, como firma sus trabajos, ha colaborado con la Muestra Joven ICAIC y ha trabajado para varias editoriales, incluida Ediciones ICAIC. Por su trabajo para el libro Memorias del subdesarrollo, de la Colección guion de este sello editorial, obtuvo el Primer Premio del Arte del Libro Cubano Raúl Martínez en 2017, en la categoría Diseño Integral.
Asimismo, desde 2017 Barbat diseña la importante revista Cine Cubano, labor desde la cual planea seguir aportando al diseño cubano.
¿Cómo empezaste a trabajar en la revista?
Comencé en 2017 debido a una renovación de su equipo editorial. En aquel momento era diseñador del Bisiesto (diario de la Muestra Joven ICAIC) y su entonces director, Juan Carlos Calahorra, me propuso formar parte del nuevo team, como diseñador. Tampoco era un completo desconocido, pues ya había trabajado en dos libros para Ediciones ICAIC.
¿Cómo es el proceso de diseño?
Listo el sumario, mi trabajo comienza a la par de la edición. Leo los textos y veo las películas sobre las que se escribe ―siempre que las pueda conseguir claro―. Hago una búsqueda selectiva de imágenes que cumplan con los requisitos para una óptima impresión y que, a su vez, enriquezcan el contenido de cada artículo. Esos primeros pasos son esenciales para mí, el resto se resume en horas y horas frente a la computadora.
¿Te propusiste realizar algún cambio en la visualidad de Cine Cubano o simplemente surgió?
Cuando el equipo fue renovado, la revista llevaba casi un año sin publicar, por lo que era el momento oportuno para refrescar su imagen, algo que necesita cualquier publicación con el paso del tiempo.
¿Qué es lo que más te gusta del proceso? ¿Lo que menos?
Me gusta mucho aprender trabajando. Cuando diseño la revista disfruto maquetar textos sobre películas que haya tenido la posibilidad de ver y, sobre todo, si me han gustado. Todo lo contrario sucede cuando monto un artículo del cual no tengo ninguna referencia, o no comparto el mismo criterio del escritor.
Es usual, por lo menos en mi caso, quedar inconforme con los trabajos que realizo. En ese aspecto la revista me permite saldar tales inquietudes a través de cada número.
También resulta muy importante para mí la dinámica de equipo. Somos amigos que trabajamos juntos y esa energía hace que disfrutemos aún más la revista.
¿Te gusta el diseño editorial de manera particular o es solo parte de tu trabajo como diseñador gráfico?
No pudiera distinguirlo por encima de otras ramas del diseño gráfico, pero solo porque siento la misma fascinación hacia las restantes a la hora de diseñar, y me encantan las peculiaridades de cada medio de comunicación.
¿Te gustaría, en un futuro, ver una revista distinta de la que haces ahora?
Sin dudas. Me gustaría que fuese una revista que los lectores buscaran, trimestralmente, sin falta. Visualmente no he llegado al máximo de satisfacción, deseo reforzar su identidad aún más, que sea Cine Cubano con solo abrir una doble página.
¿Te ha aportado trabajar en Cine Cubano, publicación única de su género en nuestro país?
Formar parte de la publicación me ha aportado métodos rigurosos en mi proceso creativo, dentro y fuera de la revista. Por otro lado, yo era un cinéfilo inconsciente antes de diseñarla, ahora mi afición al cine es menos inocente y más nutrida.