NOTICIA
Clásicos rejuvenecidos
Un extenso ciclo con películas antológicas que han sido restauradas por prestigiosas instituciones encargadas de rescatar y preservar el patrimonio fílmico es el programa que Historia del cine ofrece desde ya y hasta junio de este año en su habitual espacio nocturno de Cubavisión, lunes alternos.
Se trata de una selección de títulos dedicada a rendir tributo al aniversario 60 de la Cinemateca de Cuba, y a la vez, con motivo del segundo cierre de las salas de cine por el que actualmente atravesamos como consecuencia de la pandemia, a llevar a los televidentes a sus casas verdaderos tesoros del cine universal.
Directores de primer nivel integran este ciclo, que comenzó con Cenizas y diamantes, del polaco Andrzej Wajda, y continuará con El mago de Oz, de Victor Fleming; Trono de sangre, de Akira Kurosawa; Al este del Paraíso, de Elia Kazan; En mi casa mando yo, de David Lean; La tragedia de Otelo, El Moro de Venecia, de Orson Welles; Bella de día, de Luis Buñuel; y Rocco y sus hermanos, de Luchino Visconti, películas todas con excelente calidad de imagen y sonido.
Asimismo, habrá una presentación especial del filme cubano Giselle, de Enrique Pineda Barnet, primer trabajo de restauración digital que se realiza completamente con recursos nacionales del Archivo Fílmico y el Laboratorio Digital del ICAIC, bajo la supervisión de la subdirección de Patrimonio de esa institución.
En el curso del ciclo, se estrenará la nueva presentación y despedida de Historia del cine, realizada por el editor, premio Emmy 2017, Manuel Iglesias a partir del arreglo que la compositora, arreglista e instrumentista Lucía Huergo hizo del invariable tema musical del programa, la obra instrumental Arthur, del compositor y tecladista británico Rick Wakeman.
Decano de los espacios cinematográficos de la televisión cubana, Historia del cine cumple en 2021 nada menos que 48 años en el aire, pero continúa ensayando nuevos formatos en la introducción a los filmes exhibidos, con una actualización de la función del comentarista, que conduzca a convertirlo cada vez más en facilitador de multiplicidad de criterios sobre las obras mostradas, en lugar de la disertación unipersonal que suele caracterizar su presencia frente a cámara.
(Texto tomado del periódico Cartelera Cine y Video, no. 184)