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Conservadurismo y discriminación en los roles de género
Junto con los títulos que integran las listas de los 10, 20 o 100 mejores filmes de todos los tiempos, también se consideran las denominadas —y con frecuencia mal llamadas— películas “menores” en la obra de un realizador. Ese el caso de la película que este lunes 3 de mayo exhibirá Historia del cine, En mi casa mando yo, realizada en Inglaterra en 1953 e igualmente conocida en Hispanoamérica como El déspota.
Esta cinta constituye un ejemplo de las pocas veces que el título en español es más acertado que el original, pues le imprime al filme carácter desde el propio enunciado. Otra de las cartas de triunfo es el protagónico de Charles Laughton, quien es reconocido por su grandeza a la hora de interpretar.
Ahora, cabe decir que si se le ha considerado una obra “menor” es porque le han precedido o sucedido otros largometrajes del mismo director que le han permitido a este alcanzar la categoría de cineasta “mayor”. Sin duda, títulos como Breve encuentro (1945), Oliver Twist (1948), El puente sobre el río Kwai (1957), Lawrence de Arabia (1962) y Dr. Zhivago (1965), los cuales han colocado al británico David Lean dentro de esa categoría, sustentada en su preferencia para realizar superproducciones que han hecho rentables gracias a su éxito en taquilla la inversión de altos presupuestos.
No obstante, En mi casa mando yo triunfó por otros motivos. Esta adaptación de una obra teatral de Harold Brighouse, ambientada en 1890, trata sobre las relaciones entre un próspero comerciante viudo y sus hijas, a las que mantiene encerradas en casa, mientras se dedica a lamentarse y a despotricar contra lo injusta que es la vida por haberle arrebatado a su esposa.
Dicha comedia costumbrista resulta, sin dudas, satisfactoria y deliciosa gracias a las magistrales actuaciones de Laughton y John Mills. El talento de su director también radica en lograr resumir en el micromundo de una zapatería, a través del dueño, sus trabajadores y sus tres hijas, una visión de la sociedad inglesa en la era victoriana.
Así, el concepto de “monarquía familia”, la rigurosa estratificación social, el puritanismo y la doble moral, la concertación interesada de matrimonios y descendencias, el conservadurismo y discriminación en los roles de género, son los rasgos esenciales de una historia con la cual Lean y sus guionistas trasladan del escenario a la pantalla, y en cuya adaptación se advierten referencias al robusto legado teatral británico.
Historia del cine se transmite los lunes alternos, a las 11:00 p.m., por Cubavisión.